La escalada del precio de la vivienda no encuentra final y ya no tiene parangón ni con los meses previos a la crisis del ladrillo. El último Índice de Precios de Vivienda (IPV) publicado ayer por el INE es esclarecedor y sitúa ya el valor … de las casas de segunda mano (+12,8% interanual) por encima del de hace 18 años al alcanzar los 173 puntos frente a los 169 que se anotó en el tercer trimestre de 2007. La subida general, contando también la obra nueva (esta rebasó en 2019 el valor máximo anterior), fue del 12,7% interanual al cierre del segundo trimestre y alcanza los 178,2 puntos, 27 por encima del tercer trimestre de 2007, cuando se produjo el pico de precio de la burbuja inmobiliaria.
Son datos que ven la luz pocos días después de que el pasado lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegurara en una entrevista en TVE que esta va a ser «la legislatura de la vivienda» y dijera que su partido lleva «15 años desplegando una política sistemática de intervención pública de la vivienda» para tratar de amortiguar la subida de precios. Pero en los menos de dos años que llevamos de legislatura (desde noviembre de 2023), el IPV del INE ha crecido un 20%, un ascenso vertical casi sin precedentes.
Pero si tomamos como referencia el segundo trimestre de 2018, cuando Sánchez llegó al poder tras la moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, la subida alcanza el 51,14%. Es decir, que un piso que costaba en la primavera de 2018 200.000 euros, ahora vale 300.000.
El INE elabora el IPV tomando como referencia el precio que tenían las casas en 2015 y les asigna el número 100, y a partir de ahí cada subida o bajada de precios antes o después de esa fecha se expresa en relación a esa base. Cabe hacer un matiz, y es que la serie estadística empezó a elaborarse en el año 2007, de modo que el precio alcanzado en el último trimestre ha roto el récord histórico del INE. Las regiones donde más subió el precio en el segundo trimestre fueron Murcia (+14,6%), La Rioja (+13,7%) y Aragón (+13,7%), mientras que Cantabria (+10,8%) y Castilla-La Mancha (+11,3%) fueron los avances más modestos aún creciendo a doble dígito.
Los motivos
¿Qué hay detrás de este ascenso imparable? Un informe de CaixaBank Research publicado ayer atribuye al déficit de vivienda hasta un 39% del encarecimiento del mercado. Dicho en otros términos, sin las presiones por la falta de oferta, las casas en España solo se habrían revalorizado un 3,7% anual en promedio, en lugar del 6% observado. Como ya explicó ABC, hace unos meses el sector de la construcción advirtió de que en nuestro país faltan un millón de viviendas nuevas, cifra muy lejos de las 500.000 que se necesitan según el Banco de España y más aún de las 109.000 unidades nuevas que se construyeron en 2023.
Es un análisis en el que coincide la Federación de Asociaciones de Empresas Inmobiliarias (Fadei), que ayer apuntaba a que la escasez de oferta con una demanda estable hace que «los precios suben cada vez más y a una velocidad superior a los salarios». Para la patronal la solución debe pasar «por aumentar la oferta con incentivos para propietarios, políticas de vivienda social y asequible y, por supuesto, construir más».
María Matos, directora de estudios de Fotocasa, atribuye por su parte el acelerón de los precios a los recortes de tipos de interés del BCE con el consecuente descenso del Euríbor y las mejores condiciones de financiación que han «devuelto al mercado a un 21% de compradores que habían quedado fuera». «Ahora, en muchos casos, resulta más barato comprar que alquilar. Esta situación representa una oportunidad para quienes llevaban tiempo esperando un entorno más propicio y volverán con fuerza al mercado. Sin embargo, esta mayor presión compradora se produce en un contexto en el que los precios ya venían registrando fuertes subidas desde 2022, lo que acelerará aún más el encarecimiento como consecuencia del nuevo empuje de la demanda», relata la experta.
Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, cifra la caída de oferta de vivienda en venta en un 20% en el último año, conviviendo con una fuerte demanda «que no hace previsible un cambio de tendencia en lo relativo a la oferta o al precio en el medio plazo».