La Real Sociedad ha protagonizado un mercado de fichajes de altos vuelos con la llegada de Carlos Soler y Gonçalo Guedes, dos futbolistas de talla internacional que no solo aportan calidad individual, sino también una sociedad futbolística ya probada en su etapa en el Valencia CF. El destino vuelve a unirlos años después en Donostia, donde se espera que repliquen la conexión que los convirtió en piezas fundamentales del equipo che durante uno de los periodos más brillantes de su última década.
El primero en irrumpir fue Carlos Soler, que debutó en Anoeta el 10 de diciembre de 2016. Lo hizo en un momento delicado para el Valencia, en plena crisis deportiva e institucional, pero al canterano le bastó un partido para hacerse un hueco en el once. Voro, que había tomado las riendas tras la salida de Prandelli, confió en él como interior y mediapunta, y la apuesta no tardó en dar frutos. Soler, con descaro, calidad técnica y llegada, se convirtió rápidamente en imprescindible en un equipo huérfano de liderazgo.
Entrrenamiento Real Sociedad en Anoeta Carlos Soler
Un año después llegó el gran salto de nivel. Con Mateu Alemany como director deportivo y Marcelino García Toral en el banquillo, el Valencia reconstruyó su proyecto deportivo. Entre los refuerzos aterrizó un joven Gonçalo Guedes, cedido, que revolucionó Mestalla con su verticalidad, potencia y desequilibrio. Desde el primer partido mostró una química natural con Soler. Mientras el valenciano ofrecía criterio y llegada desde la segunda línea, el portugués destrozaba defensas por banda con su zancada y regate. Ambos se complementaban, ambos crecían, y el Valencia voló: cerró la primera vuelta con 40 puntos y volvió a la Champions.
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La temporada 2018/19, la del centenario, consolidó esa sociedad. Guedes llegó en propiedad como fichaje más caro de la historia del club y, junto a Soler, se convirtió en referencia. Aquella campaña fue inolvidable: la épica eliminatoria de Copa ante el Getafe, la clasificación para la Liga de Campeones, las semifinales de la Europa League y, sobre todo, la final de Copa en la que el Valencia levantó el trofeo ante el Barcelona en Sevilla. En todas esas gestas, Soler y Guedes fueron protagonistas, titulares indiscutibles y símbolos de un equipo que volvió a ilusionar a su afición.
Los años siguientes no fueron tan dulces. Entre ventas, lesiones y la inestabilidad institucional, el Valencia perdió competitividad. Sin embargo, tanto Guedes como Soler se mantuvieron como referentes del equipo. Se entendían en el campo, combinaban con naturalidad y, a pesar de los cambios de compañeros, entrenadores y sistemas, seguían siendo de lo poco fiable del conjunto che. Para la afición, siempre fueron garantía de carácter y calidad, dos futbolistas que nunca se escondieron y que marcaron época en Mestalla.
Entrrenamiento Real Sociedad en Anoeta Gonçalo Guedes
Ahora, Donostia será testigo de su reencuentro. La Real Sociedad ha conseguido unir de nuevo a Carlos Soler y Gonçalo Guedes, esta vez en un contexto diferente y con un proyecto consolidado en la élite. El club txuri urdin, que quiere dar un salto cualitativo en su plantilla, ha encontrado en ellos la pieza doble que puede marcar la diferencia. No son solo fichajes de nivel, sino jugadores que llegan con un bagaje europeo, con experiencia en grandes escenarios y con la madurez que otorgan las temporadas en la élite. Su adaptación parece más sencilla porque ya saben lo que es jugar juntos, entenderse y rendir bajo presión.
El reto, eso sí, será distinto. En Anoeta se les pedirá continuidad, compromiso y liderazgo. Ambos llegan a una Real Sociedad que aspira a volver a Europa y competir en todas las competiciones con garantías. El recuerdo de su etapa en Mestalla alimenta la ilusión: si entonces lograron transformar a un Valencia en horas bajas en un equipo campeón, ahora tienen la oportunidad de potenciar a una Real en crecimiento, con un vestuario sólido y con una afición entregada. La química entre los dos puede ser la llave para abrir partidos atascados, para marcar diferencias en liga y para soñar con cotas más altas.