Los sindicatos confiesan para el miércoles que la convocatoria del voto de las enmiendas a la totalidad al proyecto de ley de la reducción de jornada les pilló por sorpresa, y también que las perspectivas de que se apruebe son pesimistas. Sin embargo, no tiran la toalla y han convocado manifestaciones en Madrid, ante el Congreso, a las cuatro de la tarde, hora prevista de la votación, y también en las capitales de provincia, aquí con horarios sin concretar.
Su gran acusación a los partidos políticos es que quieren evitar el debate, porque saben que oponerse a las 37,5 horas es un tema impopular en todos los electorados de todos los partidos, y cerrar el tema con una enmienda a la totalidad que impide el trámite posterior. Una acusación que va centrada muy especialmente en Junts, pero no solo, también para el PP y Vox, los otros dos partidos que han presentado enmiendas a la totalidad.
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“Estamos ante un fraude democráticos. Se hurta un debate. No se quiere debatir un problema que afecta directamente a la gente. Pedimos que se retiren las enmiendas a la totalidad”, ha afirmado Unai Sordo, secretario general de CC.OO. esta mañana. A partir de esta primera petición, también advierten que, aunque el miércoles se devuelva la propuesta al Gobierno, la presión seguirá. La idea es que en ninguno de los escenarios, incluso en si se rechaza la iniciativa el miércoles, la discusión sobre la reducción de jornada no se termina pasado mañana, no va a desaparecer de la legislatura. “Será como una pesadilla, Vamos a ir generando condiciones para que nadie se pueda escaquear de explicar porque no se puede reducir la jornada”, ha añadido Pepe Álvarez, secretario general de UGT.
Los sindicatos reivindican de que las 37,5 horas son muy populares entre los trabajadores, un 75% en España que aumenta hasta el 83% en Catalunya son favorables a la medida, por lo que intentarán es una movilización de la opinión pública para que se generen las condiciones para que “los diputados se sientan aludidos, interpretados por sus electores”. Sin embargo, también son conscientes un punto débil de esta estrategia, de que, para muchos trabajadores, sobre todo los de menos ingresos, no es la prioridad, sino que lo que prima son los salarios.
Por otro lado, lo que apoyan los sindicatos es la intención del Ministerio de Trabajo de que, si el miércoles el congreso tumba la iniciativa, por un lado, se presente de nuevo, y al mismo tiempo que se aplique independientemente el registro horario, que puede ponerse en marcha sin pasar por el parlamento.