La Vuelta a España vivió este martes otra jornada convulsa. Lo que debía ser una batalla deportiva en la carretera gallega entre Poio y Mos acabó convertido en un nuevo episodio de tensión extradeportiva. Las protestas pro-palestinas volvieron a irrumpir en la ronda española y obligaron a neutralizar la 16ª etapa, que se decidió a ocho kilómetros de meta. El triunfo fue para Egan Bernal, que volvió a lo más alto en una gran vuelta tras cuatro años de sequía.
El colombiano del Ineos Grenadiers, ganador del Tour 2019 y del Giro 2021, alzó los brazos en una jornada con final abrupto. No vencía desde aquella consagración en Italia, antes de su gravísimo accidente de enero de 2022 en su país natal. Este triunfo, cargado de simbolismo, supone un golpe de confianza para un corredor que ha vuelto a competir al máximo nivel tras un calvario de recuperación.
Mientras tanto, en la clasificación general no hubo cambios: Jonas Vingegaard mantuvo el maillot rojo y sigue al frente en la última semana de carrera.
Las protestas, protagonistas indeseadas
Los organizadores tomaron la decisión de detener los tiempos a falta de ocho kilómetros después de que cientos de manifestantes bloquearan la carretera. La policía no pudo dispersarlos por completo y la situación obligó a cortar la etapa para preservar la seguridad. Es la segunda vez en esta Vuelta que se produce un final alterado por protestas, tras lo ocurrido en Bilbao en la 11ª jornada, que incluso terminó sin ganador.
Las reivindicaciones han tenido como diana al equipo Israel Premier Tech, al que los manifestantes reclaman que abandone la carrera. El conjunto ya había tomado medidas al correr sin el nombre de Israel en sus maillots desde el sábado. El domingo, un espontáneo con bandera palestina llegó a provocar la caída de varios corredores, entre ellos el español Javi Romo, que finalmente se ha visto obligado a retirarse.
Antes del inicio de la etapa, operarios ya habían borrado varias banderas palestinas pintadas en el asfalto cerca de meta. Pese a las medidas, la tensión se mantiene.
Guillén: “Nuestro propósito es llegar a Madrid”
El director de la carrera, Javier Guillén, quiso mandar un mensaje de firmeza tras los incidentes:
“Ante todo, tengo que decir que la Vuelta no va a parar y mañana saldrá la etapa. Nuestro propósito es llevar la carrera hasta Madrid”, subrayó en Mos tras confirmarse la neutralización.
La etapa del miércoles llevará al pelotón desde O Barco de Valdeorras hasta el Alto del Morredero, en una jornada de media montaña de 143 kilómetros que servirá de antesala al gran tríptico final: la contrarreloj de Valladolid, El Morredero y la Bola del Mundo.
La incertidumbre sobre posibles nuevas protestas planea todavía sobre la carrera, con la sombra de un desenlace accidentado en la capital. Pero en lo deportivo, la Vuelta sigue viva y Bernal, tras tanto sufrimiento, volvió a saborear la gloria.