OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT y DALL-E, ha anunciado un paso trascendental que podría cambiar para siempre su futuro y el de la IA. La compañía ha llegado a un acuerdo preliminar con Microsoft, su mayor inversor, para reestructurarse y pasar a ser una organización sin ánimo de lucro, a una empresa de beneficio público. Algo que pasa también por comenzar a distanciarse definitivamente de Microsoft.
El movimiento. La estrategia que ha seguido la compañía busca dotar a OpenAI de una estructura corporativa más tradicional que le permita captar más capital, y eventualmente salir a bolsa, para financiar el altísimo coste del desarrollo de la inteligencia artificial.
Como parte del acuerdo, la organización sin ánimo de lucro que hasta ahora controlaba OpenAI recibirá una participación en la nueva empresa valorada en más de 100.000 millones de dólares, convirtiéndola en una de las fundaciones filantrópicas con más recursos económicos del mundo.
El acuerdo. Según un comunicado conjunto, OpenAI y Microsoft han firmado un “memorando de entendimiento no vinculante” para redefinir su relación. Aunque los detalles financieros no se han desvelado por completo, esta nueva fase de su asociación es clave para el futuro de ambas compañías, aunque cada una por su camino particular.
Hay que recordar que desde 2019 Microsoft ha invertido más de 13.000 millones de dólares en OpenAI, lo que le otorgaba cerca del 49% de los futuros beneficios y un acceso preferente a la tecnología más puntera que vayan lanzando. Sin embargo, este acuerdo original incluía una cláusula que rescindía el acceso de Microsoft a la tecnología más potente de OpenAI si la junta directiva de esta última declaraba formalmente que se había alcanzado la “inteligencia artificial general” (AGI), es decir, una máquina con capacidades que se asemejan al cerebro humano.
Según fuentes del New York Times, esta cláusula se mantiene en el nuevo acuerdo, pero ha sido modificada. Microsoft, por su parte, busca garantizar su acceso continuado a la tecnología de OpenAI, incluso si se alcanza la AGI, mientras que OpenAI busca una mayor flexibilidad para colaborar con otros proveedores de la nube, como demuestran sus recientes acuerdos con Oracle y Google.
Qué significa. OpenAI fue fundada en 2015 como una organización sin ánimo de lucro con la misión de garantizar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad. Sin embargo, el crecimiento exponencial de la compañía desde el lanzamiento de ChatGPT ha hecho que necesite recaudar cada vez más dinero para seguir compitiendo en la carrera de la IA.
La nueva estructura como “public benefit corporation” es un híbrido que permite a la empresa tener un fin de lucro y atraer a inversores, al mismo tiempo que se compromete legalmente a considerar el impacto social y público de sus decisiones. A pesar de este cambio, Bret Taylor, presidente de la junta directiva de OpenAI, ha asegurado que la organización sin ánimo de lucro “seguirá manteniendo la autoridad que guía nuestro futuro”. Aunque con 100.000 millones de dólares a sus espaldas.
Caminos separados. La larga relación que ha tenido Microsoft y OpenAI, la verdad es que ha sido muy beneficiosa. Gracias al acuerdo hemos visto como los productos del modelo GPT acababan en Windows de manera preferente para poder potenciar Copilot. Pero el crecimiento que ha sufrido el mercado ha hecho que tengan que separarse para buscar nuevos caminos para evolucionar.
En este sentido, OpenAI quiere la libertad para poder estar en otras empresas como por ejemplo Google u Oracle como hemos comentado anteriormente. Pero Microsoft quería seguir teniendo acceso a la tecnología de OpenAI, algo que van a poder seguir explotando gracias a la cláusula del acuerdo. Al final, un divorcio amistoso en el que ganan todas las partes.
Hay críticas. Este cambio de rumbo no está exento de controversia. Figuras como por ejemplo Elon Musk, uno de los cofundadores de OpenAI, ha criticado duramente a la compañía por, en su opinión, abandonar su misión original y priorizar los beneficios económicos por encima del bienestar de los usuarios.
La decisión de OpenAI de abrazar una estructura más comercial también ha generado preocupación entre algunos expertos en IA, que temen que la compañía se centre demasiado en convertirse en un gigante tecnológico y deje de lado sus promesas iniciales de priorizar la seguridad en el desarrollo de la inteligencia artificial.
Con todo, este movimiento estratégico de OpenAI, respaldado por Microsoft, marca un antes y un después en la historia de la compañía y, muy posiblemente, en el futuro de la inteligencia artificial. La nueva OpenAI, con una estructura más tradicional y una ingente cantidad de recursos, está lista para acelerar su carrera hacia la AGI, una carrera que ahora se libra tanto en el campo de la tecnología como en el de los negocios.
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