Dakota Johnson ha llevado en Nueva York el ‘naked dress’ más arriesgado de su armario
Nadie lleva un naked dress como Dakota Johnson. La actriz ha hecho de este tipo de vestidos su enseña, un clásico dentro de su armario, que rescata a menudo sobre la alfombra roja y que nunca, nunca falla. Estilismos de alto impacto que si bien comenzaron su andadura en 2022, -cuando esta tendencia aterrizó sobre las pasarelas- llevando las transparencias al siguiente nivel, siguen hoy tan vigentes como entonces. Ahora, la protagonista de Materialistas siempre confirma que se puede ir un poco más allá.
La relación de Johnson con este tipo de vestidos ya quedó patente durante la premiere de Madame Web: nunca se es demasiado arriesgada. Diseños prácticamente transparentes, como el que lució en esa ocasión de la mano de Gucci, exploran todas las posibilidades, yendo desde modelos basados en la rejilla a otros como el que llevó anoche en Nueva York con motivo de la cena de la Kering Foundation’s Caring for Women, con el que dio toda una lección de estilo.
Para esta ocasión, la intérprete se sumó a la tendencia lencera que está llenando ahora mismo los photocalls de Hollywood. Lo hizo con la ayuda de su estilista Kate Young y por supuesto, con un diseño de Gucci. Se trataba de un vestido lencero completamente transparente, salvo por el patrón de flores y mariposas que llenaba el mismo.
Con él dejaba a la vista la lencería real que llevaba: un conjunto igualmente negro, formado por sujetador y tanga, que casaba a la perfección con la pieza principal y que completaba el look. Un outfit, desde luego, alejado de la tendencia minimalista que ha llenado Hollywood en los últimos días y que remite directamente al glamur de la casa italiana. También, un adelanto de la sofisticada tendencia gótica que inundará el próximo otoño-invierno 2025 y que Dakota Johnson ya abrazó durante el verano.
Como accesorios, joyas pequeñas, donde destacan una gargantilla y unos pendientes con esmeraldas, que acompañaban sin quitarle atención al naked dress. Ambos, igual de relucientes que los pequeños brillos incluidos en la tela, que aportaban dimensión y puntos de luz a las flores oscuras. ¿El último detalle? Unas sandalias negras minimalistas. Goth girl winter, allá vamos.