Mucho antes de James Bond y compañía, los embajadores españoles eran respetados —y hasta temidos— en Europa: la diplomacia era otro campo de batalla y a veces había que ser ingenioso, levantar la voz y hasta sacar los dientes. Entre otros nombres de relumbrón … que brillan por una cosa u otra, destaca Diego Hurtado de Mendoza porque hizo de todo y casi siempre bien: mientras se mueve por por Italia y un poco por todas partes como a salto de mata, se las apaña para compaginar sus peripecias como embajador con sus múltiples intereses como humanista, historiador, bibliófilo y poeta de los buenos.
Justamente, el volumen al cuidado de J. Ignacio Díez , recopila las poesías de Hurtado de Mendoza en las mejores condiciones: con un impresionante alarde de formas y metros entre la tradición y la modernidad (que es lo mismo que decir entre España e Italia), van algunos textos chistosos y otros amorosos tras los pasos de Petrarca, epístolas poéticas que abren un camino nuevo, textos clásicos y una serie de poemas eróticos deliciosos, que son la joya de la corona.
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Autor
Diego Hurtado de Mendoza -
Editorial
Cátedra -
Año
2025 -
Páginas
720 -
Precio
24,95
Como el elogio paradójico ‘A la pulga’ y a una zanahoria de valor más que transparente. O, con perdón, las quintillas dedicadas ‘A una señora que le envió una cana’ que —según dice— «De parte puede ser ella / que, si confesarlo osase, / el gusto solo de vella / y de ayudar a cogella / todas mis canas quitase». ¡Ay, si lo leyera D’Annunzio!
Un impresionante alarde de formas y metros entre la tradición y la modernidad (que es lo mismo que decir entre España e Italia)
Para más protección, todo va limpio de polvo y paja: son 116 textos seguros, que resultan de un atento proceso de examen de los manuscritos disponibles que permite descartar muchas atribuciones falsarias. Así, en este libro gordo —como se puede llamar la serie maior de Cátedra— se presenta el corpus mendocino más fiable con las explicaciones de rigor, divididas entre la presentación de cada poema y sus notas, que se redondean con unas cuantas explicaciones textuales de detalle.
Pero hay más, porque Díez da todas las coordenadas necesarias para entender y gozar la poesía de Hurtado de Mendoza en un prólogo que vale como el mejor manual para navegantes por los mares poéticos del siglo XVI, donde se desmonta ‘el mito Mendoza’, pinta un retrato del diplomático-poeta y propone una reconstrucción de su espectacular biblioteca (que hacía salivar al mismo Felipe II, hasta que se hizo con ella), al tiempo que critica lecturas desviadas y orienta por caminos seguros. El libro perfecto de una figura controvertida que sigue dando mucho de qué hablar, porque era un personaje con muchas caras: como su poesía.