Todo legionario romano llevaba un ‘pilum‘ además de un ‘gladius’ o espada, pues estas lanzas de hasta dos metros de largo habían probado su letal efectividad en múltiples usos, sobre todo al ser lanzadas contra masas de infantería ya que podían atravesar hasta tres … centímetros de madera e inutilizar los escudos enemigos. De ahí que sea relativamente frecuente encontrar restos de este arma arrojadiza en antiguos campamentos romanos o en lo que fueron campos de batalla en la antigüedad. Pero hasta ahora no se habían descubierto en la decoración mural de un edificio. Las excavaciones en el yacimiento El Pedernal de Bursao han sacado a la luz por primera vez unos fragmentos de muro en los que estas lanzas romanas se izan, pintadas de dos en dos entre paneles amarillos.
«No se conocen paralelos en Hispania y se está aún investigando si hay ejemplos similares en el resto del Imperio Romano», destaca Francisco Javier Gutiérrez, arqueólogo de la empresa Arqueoguti que ha dirigido estos trabajos en Borja (Zaragoza). Ante el fácil comentario de que al Ecce Homo le ha salido una competencia en interés turístico, el investigador se ríe y enseguida recuerda que este pueblo aragonés ya cuenta con museos y colecciones artísticas relevantes. Sin negar, al contrario, que «el yacimiento de El Pedernal de Bursao es un sitio muy interesante».
Se descubrió de forma fortuita durante la construcción de unas viviendas en la década de 1980 y tras unos años de abandono, desde 2020 está siendo excavado de nuevo gracias al impulso y la financiación del Ayuntamiento de Borja. Desde entonces, las intervenciones en la zona adyacente a la torre Pedernal han descubierto varias estancias articuladas en torno a un patio abierto altoimperial que, sin embargo, no guardan los cánones de una casa romana. «Hay que pensar en otra función para este conjunto único», subraya Gutiérrez, quien se inclina por un uso «que, quizá, pudiera tener relación con el estamento militar».
«Las lanzas ahora localizadas invitan a indagar en esa línea», subraya. Se hallaron en una de las placas de pintura mural de la pared exterior de las habitaciones meridionales, caídas sobre el nivel de uso del patio. De 4,86 metros de largo y 2,35 metros de altura, la plancha conserva la huella de una ventana de 68 centímetros de anchura que en su día iluminó la habitación interior.
El arqueólogo indica que la pintura se pudo extraer «en un estado de conservación, en general, bueno». Por el estilo de la pintura y el modelo de armamento, creen que esta decoración pictórica «debió de realizarse a mediados del siglo II d.C.», una fecha que «encaja perfectamente con el mosaico hallado en 1986», actualmente expuesto en el museo arqueológico municipal, instalado en la antigua iglesia de san Miguel.
A partir de los restos y con la colaboración de Lara Íñiguez, profesora de la Universidad de Zaragoza que participa en el proyecto ‘Pictor III. De la pintura romana en Hispania a la pintura hispanorromana: la decoración del siglo II en el norte de la provincia tarraconensis’, se ha reconstruido virtualmente la decoración de estos muros. Contaban con una base de imitación de granito, paneles amarillos con bandas verdes y detalles delimitadores en blanco, y unos interpaneles de fondo negro con las lanzas. «Parece que hay al menos dos tipos. Estudiaremos qué tipo de arma era»», indica Gutiérrez a ABC. Ahora, explica, «comienza el trabajo de gabinete de recomposición de todos los fragmentos hasta conseguir la imagen original que tuvo esta pared en torno al año 150 de nuestra era».
Excavaciones en El Pedernal de Bursao en Borja, esquema de la decoración mural y detalle de un fragmento con lanzas
En las excavaciones de agosto, en las que han participado una docena de estudiantes universitarios, se ha completado la investigación del patio abierto altoimperial donde hace dos años se localizó una «pileta central de la que tampoco se conocen ejemplos similares» y de funcionalidad por el momento desconocida, recuerda el arqueólogo. También se han iniciado los sondeos para conocer la fase romano-republicana anterior, que se encuentra debajo de las estructuras altoimperiales visibles.
Lo más significativo de esta sexta campaña, sin embargo, ha sido la localización de la pintura mural de las lanzas que fue presentada el pasado viernes en la Diputación de Zaragoza. «Este hallazgo refrenda el apoyo a la cultura y a este yacimiento por parte del Ayuntamiento de Borja, desde donde vamos a continuar apoyando el proyecto para ampliar la superficie de excavación. Va a posicionarlo en el ámbito de la arqueología de todo el país, de toda Europa e incluso del mundo», aseguró con ambición el alcalde de Borja en el acto. Eduardo Arilla avanzó que el municipio pretende realizar una recreación y resaltó que «Borja es cuna de artistas y resulta curioso haber encontrado esta pintura creada hace 2.000 años por los primeros artistas locales».