Una moneda es el eje en torno al que gira ‘American Buffalo‘, una obra estrenada en Chicago el 23 de noviembre de 1975 (año y medio después levantaría el telón en Broadway) y con la que se dio a conocer uno de los autores … más destacados del teatro estadounidense de nuestros días: David Mamet (Chicago, EEUU, 1947) . La obra, un hito de la escena internacional, apenas se ha podido ver en nuestro país: en 1990 la tradujo y dirigió Fermín Cabal, y Julio Manrique dirigió hace quince años un montaje en el Teatre Lliure barcelonés.
Ahora llega al Teatro Fernán Gómez una nueva producción de esta obra, dirigida por Ignasi Vidal y con un reparto que componen Israel Elejalde, David Lorente y Roberto Hoyo: «Me han puesto en las manos un Ferrari», dice el director. «Siempre conectado con los instintos más básicos de los personajes que compone –dice Vidal–, David Mamet expone un amplio universo de la psicología más básica que, de una manera u otra, todos tenemos. Es su fino bisturí para diseccionar la psique más simple lo que me atrae de sus textos. Y lo que no se dice, lo que se calla. Mamet es maestro en esconder. Muestra lo justo, lo que veríamos sentados en una cafetería si observáramos a dos personas charlando sobre cualquier tema de importancia para ellos, desprovisto de sentido para el espectador. Es el mundo de reacciones que genera lo que constituye su fascinante obra dramática».
La obra, cuyo escenario es una chamarilería en Chicago en la época en la que Mamet escribió la obra –mediados de los años setenta–, presenta a tres personajes marginales: Don, el dueño de la tienda; Teach, un amigo suyo; y Bobby, un joven aprendiz. Los dos primeros planean el robo de una moneda rara con un búfalo en el reverso que Don malvendió unos días atrás, ya que están convencidos de que el cliente le engañó al comprarla por mucho menos de su valor.
Este texto es el áspero retrato de tres seres desgraciados que, más que vivir, deambulan por la vida. David Mamet los arranca de la calle y los sitúa sobre el escenario, pero conservan su olor a asfalto, a cerveza y a tabaco. Son, sobre todo Teach, irritantes en muchos momentos, pero son, por encima de todo, dignos de lástima, que aspìran a conseguir unas migajas del pastel que habitualmente apenas pueden oler. La moneda con el búfalo americano en una de sus caras es el símbolo de su pequeñez de miras, de sus sueños miserables.
‘American Buffalo’ –sigue Ignasi Vidal– «es, para mí, el mayor exponente en su escritura, de cómo el sinsentido, el caos emocional de los personajes, sus problemas y sus ocurrencias, se convierten en un circo de entretenimiento para el espectador que, agazapado en su butaca, disfruta del conflicto que viven sus protagonistas».
El montaje cuenta con traducción de Borja Ortiz de Gondra, que ha sido fiel a David Mamet no solo por decisión propia sino por imposición del autor estadounidense, que no deja tocar una coma ni adaptarla a otro lugar u otra época, y que revisa –él o su equipo– las traducciones de su obra concienzudamente antes de darles el visto bueno. Por ello Ortiz de Gondra no firma una versión sino una traducción. Asegura el dramaturgo que la suya ha sido una labor muy complicada, «He intentado que el lenguaje suene a la época sin que resulte ‘cheli’ o parezca antiguo», explica a ABC. «Pero, a pesar de tener ya cincuenta años, el texto no presenta ninguna arrruga». Ignasi Vidal añade que «’American Buffalo’ es un clásico, y como todo clásico nunca pasa de moda. Esta función es un fiel reflejo de lo que han sido los últimos cincuenta años en las sociedades modernas y tengo la sensación que va a conectar muy bien con el espectador».
Los diálogos rápidos, fragmentados e incisivos –el «Mametspeak»– es una de las características más destacadas del autor, y se comprueba perfectamente en esta obra. «Es una pieza ferozmente divertida y perturbadora –escribió el New York Times en 1977–, con diálogos que cortan como un cuchillo». Mamet, asegura Israel Elejalde, «tiene algo maravilloso, y es que está empeñado en entretener al público, como él mismo ha dicho. Hay muchas capas de crítica social en la función, pero, también en sus propias palabras, no escribe obras de temas, sino de personajes, algo que se refleja estupendamente en esta obra». «Es una función –añade David Lorente– que permite el humor, porque tiene mucho humor, permite la miseria, permite la tristeza, permite mirar a la cara a los compañeros y decir las cosas con mucha verdad».
¿Pero es una comedia, un drama, una tragedia? Contesta Israel Elejalde. «Estuve viendo una masterclass que impartió en la que hacía un repaso por toda su obra, y Mamet define ‘American Buffalo’ como una tragedia. La primera escena, dice, es similar a la escena de ‘Hamlet’ en la que Polonio le da consejos a Laertes, y el desenlace hace que lo considere una tragedia. Pero es verdad que la obra está plagada de comedia, también; hay situaciones directamente casi de clown en algunos momentos, con tres desgraciados que están luchando denodadamente por salir del fango y que finalmente no lo consiguen. Yo creo que en realidad es una tragicomedia, que es un género muy español».