Además de la ya mencionada pasta carbonara, en su carta se ofrecen delicias como los busiati con ragout de costillas de cerdo ibérico, los spaghetti frescos con langostino rojo y salsa de coral o los gnocchi con salchicha fresca. Ninguno de sus platos de pasta superan los 18 euros por lo que, incluyendo un entrante para compartir, se podría orquestar una comida deliciosa por menos de 30 euros.
¿Dónde? Calle de Orellana, 17.
Bodegas El Maño
De todos los restaurantes castizos que conviven en la capital, Bodegas El Maño es, sin duda, uno de los grandes favoritos. Un local cargado de historia que abrió sus puertas en 1927 y que hoy es el lugar de encuentro gastronómico por excelencia de Malasaña.
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Su carta hace un recorrido por los platos más aclamados de la cocina tradicional –con un punto cuidado–: la ensaladilla rusa, los huevos rotos con jamón ibérico, parmesano y trufa, las delicias de bacalao a la romana con salsa tártara o las carrilleras estofadas al vino tinto son algunos de sus platos estrella. En El Maño todo está rico y el ambiente siempre acompaña. Por algo es una de las paradas obligadas de Dua Lipa y Rosalía cuando vienen Madrid.
¿Dónde? Calle de la Palma, 64.
Nato Tapas
Los barrios de Usera y Carabanchel son el nuevo epicentro de la gastronomía, el arte y la cultura en su vertiente más alternativa. De ahí que, en el último año, hayan abierto restaurantes de jóvenes chefs y emprendedores que ya cuentan con lista de espera. Entre ellos está Nato, un proyecto gastronómico liderado por un salmantino que no ha tardado en generar reclamo entre los vecinos.