En los últimos días, la participación de equipos israelíes en competiciones deportivas celebradas en España, con especial mención a la reciente Vuelta Ciclista y las manifestaciones de protesta que la acompañaron, ha vuelto a poner en el centro del debate público una cuestión tan sensible como desconocida: ¿Quién decide realmente si un equipo o selección extranjera puede competir en nuestro país?
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