Poco tenía que ver el cartel anunciado para la primera de la Feria de la Antigua, con el que al final se dio en el coso de Guadalajara. Pese a eso, hubo una gran entrada que vio una nueva conquista de Borja Jiménez, que … debutaba sustituyendo a Morante -que reaparece mañana en Salamanca-, y lo bordó con sus dos toros, con técnica, claridad de ideas, y una demostración del gran momento que atraviesa, que le valen todos los toros, volviendo a ser el torero que reventó Madrid.
Su primero estaba pendiente de todo, y no terminaba de centrarse en nada. Eso no impidió a Iván García dejar dos pares extraordinarios, continuando así la costumbre del madrileño de desmonterarse. Y ese fue el tono de la faena de Borja: centró al toro, y le pegó tres series de derechazos entendiendo la distancia perfecta del animal, sin atacarlo, pero sí obligándole, teniendo mucha enjundia los muletazos. Tras dar largos pases con la zurda, volvió al otro pitón para dibujar muletazos casi redondos, profundos y extraordinarios. Realmente, estuvo sensacional con Jabalí, que, aunque echaba miraditas a tablas, siempre acabó hipnotizado por la muleta del sevillano.
Doblándose en redondo comenzó con el quinto -que brindó a El Capea-, tras no ser prácticamente picado, y mansear mucho en los primeros tercios. Pero dio con la única receta posible: dejarle la muleta siempre puesta, para que el toro no viera nada más. Así logró el de Espartinas engolosinarlo, aunando en las series técnica y estética, con un broche, siempre, de grandes y largos pases de pecho. «Al hocico, rico, rico», decía Pablo Lozano; y eso hizo Borja al natural, dejarle los vuelos siempre en el hocico, e ir tirando de él. Este Señorito fue a más gracias al trato del torero, con remates muy espartaquistas -cuando sale de la cara del toro, el sello del maestro de Espartinas es evidente-, y un final de ayudados por bajo francamente bueno. Habría vuelto a desorejar al toro de haber estado acertado con la espada. Tarde de cuatro orejas. En cualquier caso, tarde rotunda.
Botinera se llamaba la primera becerra que mató Pérez en su vida, también del hierro de Pedro Gutiérrez Moya, y Botinero se llamaba el tercero de la tarde, que brindó Marco a Carlos Herrera. El salmantino entró a última hora sustituyendo a Manzanares -que sufre una fractura en una costilla a causa de una voltereta en Murcia-, y anduvo por encima de este tercero, un animal que parecía estar lastimado de los cuartos traseros, aunque no lo mostrara de forma descarada, y que era noblote, aunque mansurrón.
Con el péndulo comenzó Marco la faena al último de la tarde, un toro falto de raza los primeros tercios, y con el que la gente estaba algo desconectada. Así que Pérez, no dispuesto a pasar desapercibido, se lo pasó por la espalda en los medios, y consiguió su objetivo. Mas Saeto no humillaba ni decía mucho, pese a todos los esfuerzos del joven matador, que dio un molinete de rodillas, le dio distancia e intentó ligar siempre. Pero poco celo tenía el de Carmen Lorenzo y el toreo es cosa de dos.
Un precioso sobrero de Gavira abrió la tarde, tras echar para atrás al inválido primero de El Capea -al parecer, lastrado de una cornada en los corrales-. Pero no mejoró mucho el primero bis, un toro sin raza ni humillación, con el que Talavante estuvo pulcro, por encima, y sin aburrir.
Bailador, el cuarto de la tarde, pasaba por ahí en el capote, y de igual forma embistió en el caballo, sin emplearse lo más mínimo. Así, y clavando un pitón en la arena, retorciéndose el cuello, llegó a banderillas, y sin decir nada, ayuno de toda casta brava, pasó por la muleta de Alejandro, que tuvo un lote deslucidísmo.
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Plaza de toros de Guadalajara.
Jueves, 18 de septiembre de 2025. Más de ¾ de entrada. Toros de El Capea (1º y 4º), Carmen Lorenzo (2º, 3º, 5º y 6º) y Salvador Gavira (1º bis). -
Alejandro Talavante,
de azul pavo y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Estocada atravesada y descabello (silencio). -
Borja Jiménez,
de azul soraya y oro. Estocada (dos orejas). Pinchazo y media (saludos). -
Marco Pérez,
de lila y oro. Pinchazo, estocada trasera y tendida y cuatro descabellos (silencio). Pinchazo, estocada corta trasera y tendida y dos descabellos (silencio).