El caza chino J-35 es mucho más potente de lo que se cree. Tal y como informa el diario El Confidencial, es “un avión formidable” con un diseño y características técnicas marcadamente diferentes al caza norteamericano. Y aunque las comparaciones mediáticas dicen lo contrario, el J-35 ha sido diseñado para ser “un asesino del F-35”, con “más velocidad y mejores características de combate aéreo”.
En declaraciones recogidas por el medio, Harry J. Kazianis, experto en cazas de combate y exdirector Senior de Asuntos de Seguridad Nacional en el Centro para el Interés Nacional, asegura que “subestimar el J-35 es un error potencialmente fatal”. El J-35, relata, nació con una “única obsesión”: destruir otros cazas en combate aéreo. De hecho, los chinos dotaron el vehículo con dos motores, frente al motor único del F-35.
Asimismo, y siguiendo las comparaciones con el F-35 estadounidense, las especificaciones oficiales chinas sitúan la velocidad máxima del J-35 en Mach 1,8 frente a los Mach 1,6 del norteamericano, “una diferencia que puede resultar letal en maniobras de combate cerrado”. “Piénsalo de esta manera: en un combate cerrado, dentro del alcance visual, la cinemática superior del J-35A podría darle una ventaja crucial”, explica Kazianis.
De acuerdo a la información difundida, los manuales de combate estadounidenses “priorizan el enfrentamiento más allá del horizonte visual”. No obstante, las condiciones reales de lucha en el estrecho de Taiwán pueden obligar a encuentros cercanos donde la agilidad y velocidad del J-35 brillarían.
Según explica Kazianis, Pekín ha diseñado el J-35 como complemento del J-20, que es barato de fabricar. Esta estrategia de mezcla alta-baja permite saturar el espacio aéreo con cazas suficientemente buenos para abrumar las defensas estadounidenses mediante “puro volumen”. Frente a las docenas de F-35 que Estados Unidos podría desplegar en un conflicto taiwanés, China puede poner en vuelo cientos de J-35A operando desde bases prácticamente inexpugnables, tal como reza la publicación.