El Sanse afronta esta tarde (18:30) un reto exigente en Ipurua, donde visitará a la SD Eibar en un derbi guipuzcoano cargado de interés. El filial de la Real Sociedad llega con la necesidad de recuperar sensaciones tras un arranque de temporada irregular en el que solo ha podido sumar cinco puntos de quince posibles.
La victoria en la primera jornada dio motivos para el optimismo, pero en las semanas posteriores el conjunto de Jon Ansotegi ha visto cómo los resultados se le escapaban en los minutos finales. Esa circunstancia no se repitió el pasado fin de semana, pero sí frente al Cádiz, cuando el Sanse acariciaba los tres puntos y terminó encajando dos goles en el tramo final que le dejaron sin premio completo. La gestión de esos últimos minutos se ha convertido en la principal asignatura pendiente del filial, que quiere dar un paso adelante en ese apartado.
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El partido llega además condicionado por las bajas. Luken Beitia, que ya se perdió la anterior jornada, continúa recuperándose de su lesión y no entrará en los planes del técnico para este encuentro. Su ausencia obliga a buscar variantes en la medular, donde el Sanse suele encontrar parte de su equilibrio táctico.
El escenario tampoco facilita las cosas. Ipurua se ha mostrado hasta el momento como un fortín inexpugnable para el Eibar de Beñat San José. Los armeros han disputado dos partidos como locales y los han resuelto con pleno de victorias, cinco goles a favor y ninguno en contra. La solidez defensiva en su feudo y la capacidad para generar ocasiones claras se han convertido en sus principales señas de identidad.
En la plantilla armera destacan varios nombres propios, entre ellos Jon Magunazelaia, ex de Zubieta, que atraviesa un gran inicio de curso. El atacante está siendo una de las referencias ofensivas en un equipo que combina experiencia y juventud con equilibrio. El Eibar afronta el derbi con confianza después de sus buenos resultados en casa y tratará de prolongar su racha positiva en un choque siempre especial para ambas aficiones.