La Real Sociedad ha caído a puestos de descenso tras la derrota en La Cartuja contra el Betis y la victoria del Levante frente al Girona. Con 2 puntos de 15 posibles, el equipo de Sergio Francisco ocupa ahora una de las tres plazas rojas de la clasificación. Es un hecho totalmente circunstancial, pero hay que nombrarlo. Son dos empates en cinco jornadas, un balance algo pobre para un inicio de temporada que había generado expectativas diferentes. Han pasado años desde la última vez que la Real se vio en esa zona, pero el dato adquiere relevancia porque refleja este arranque liguero.
La última ocasión en la que el equipo donostiarra se vio en descenso más allá de las primeras jornadas fue en la temporada 2014/2015. Entonces, bajo la dirección de Jagoba Arrasate, la Real cayó a la zona peligrosa en la jornada 10 con 6 puntos tras una victoria, tres empates y seis derrotas. Aquella mala racha desembocó en la destitución de Arrasate y en la llegada del escocés David Moyes al banquillo. El recuerdo de aquel episodio aporta perspectiva y sirve como advertencia: cuando los resultados no llegan, el margen de paciencia se puede acortar. Pero ahora no tiene absolutamente nada que ver.
La Real de Sergio Francisco no ha sabido transformar su propuesta en victorias y la clasificación lo evidencia. El equipo ha competido, pero no ha sido suficiente. Ahora afronta una semana con doble compromiso: primero ante el Mallorca en Anoeta y después frente al Barcelona, seguramente en Montjuic. Dos citas que pondrán a prueba la capacidad de reacción de un grupo que necesita puntos con urgencia para salir cuanto antes de una situación incómoda y peligrosa, pero también con la sensación de que el puesto de Sergio por el momento no peligra.