¿Y si tomar conciencia de ciertos hábitos nocivos que repetimos constantemente nos sirviera para reforzar nuestra autoestima? Eso es lo que aconseja el psiquiatra coreano Dr. Yoon Hong Gyun en su libro La autoestima es la respuesta (y la clave de una felicidad duradera), que han leído más de un millón de personas. El experto, que dirige una clínica psiquiátrica que lleva su nombre y ha escrito grandes éxitos internacionales, explica cómo contrarrestar esos vicios para siempre.
3 hábitos que dañan la autoestima:
1 / Anticipación de la derrota “Esta tendencia a exagerar las cosas, a verlas peor de lo que son, es frecuente en casos de estrés o ansiedad. Cuando alguien tiene tendencia a ver las cosas de un modo catastrófico, el problema se intensifica, haciendo que se desespere de entrada y se rinda”, explica el autor. Pueden creer que no tienen remedio porque han fracasado en algo, pero en realidad han fracasado porque se han rendido“, explica el psiquiatra. Para gestionar las reacciones desadaptativas, aconseja conocer los miedos más profundos (muerte, separación, ruptura, etcétera). Como estos miedos no son fáciles de identificar, los terapeutas recomiendan hacerse la misma pregunta varias veces para encontrar la causa: “¿Qué crees que va a pasar al final?”. Es entonces cuando te das cuenta de que el verdadero problema no suele ser el miedo presente, sino el temor a que degenere en catástrofe. “Una vez que has identificado lo que realmente te preocupa, a menudo descubres que el problema es manejable. Cuando transformas una ansiedad vaga e imprecisa en preocupaciones concretas y realistas, tienes la oportunidad de encontrar soluciones o disipar tus preocupaciones.” En resumen: identificar y aceptar tus miedos te permite tomar medidas para anticiparte a ellos y/o superarlos.
2 / Letargo
Según el autor, el letargo también puede denominarse pereza, falta de motivación, de fuerza de voluntad o de perseverancia. El letargo es una de las principales causas de la autocrítica. “La principal causa del letargo suele estar relacionada con las recompensas, que pueden dividirse en dos categorías: positivas y negativas”, explica el psiquiatra. “Las recompensas positivas son acontecimientos agradables que nos motivan a actuar, como un ascenso, un aumento de sueldo, elogios o la atención de los demás. Las recompensas negativas, en cambio, incluyen el fracaso, el rechazo, la indiferencia y las reacciones desalentadoras de quienes nos rodean. Por muchas recompensas positivas que recibamos, si las negativas tienen un impacto emocional más fuerte perderemos la motivación”. El letargo también puede ir parejo al agotamiento físico o la ansiedad. El doctor Yoon Hong Gyun cita al psiquiatra francés Christophe André: “Las personas que sufren baja autoestima caen frecuentemente en la inacción. Piensan ‘si esto o lo otro fuera diferente, haría algo al respecto'”. Esta tendencia negativa se ve reforzada por la siguiente convicción: “Menos mal que no actué; de todos modos, no habría funcionado””. La inacción, la actitud negativa y la tendencia a la evitación se refuerzan mutuamente y crean un círculo vicioso. “Muchas personas piensan que sólo pueden volver a empezar una vez que se han librado de sus actitudes negativas y de su compulsión de evitación. Piensan que tienen que corregir experiencias pasadas para cambiar el presente”. En su opinión, el problema radica en pensar demasiado. “Agota al cerebro, que entonces genera pensamientos negativos”. En su lugar, aconseja pasar a la acción. “Da pequeños pasos hacia tu objetivo antes de dar por sentado que vas a fracasar. Para recuperar la motivación, no esperes a que aparezca de repente: deja de pensar y muévete”.
3 / Procrastinación y evasión
Para romper con los malos hábitos tienes que aceptar el cambio. “Si quieres recuperar tu autoestima, dedica tu energía a transformar tu futuro en lugar de analizar tu pasado”, continúa el experto. “Deshazte del hábito de evitar y retrasar el cambio, y márcate nuevos objetivos“. El autor plantea cuatro condiciones previas para este proceso: 1/ Hazlo de corazón: “El agente del cambio eres tú, y el objetivo del cambio también eres tú. Pasamos demasiado tiempo comparándonos con los demás, discutiendo o sintiéndonos culpables. Empieza por ocuparte de tus propios sentimientos. Identifica qué es lo que más te duele y piensa en cómo sanarlo”. 2/ Pasa a la acción. 3/ Persevera: “Todo es emocionante y agradable al principio, pero pierde fuelle con el tiempo. Esa etapa llegará en tu viaje para recuperar la autoestima. Cuando eso suceda, no te detengas ni te dejes de esforzarte”. 4/ No te aísles: “Es más eficaz trabajar la salud mental en compañía, preferentemente con un profesional. Si te resulta difícil trabajar con otras personas, utiliza herramientas como un diario, un blog o un cuaderno de notas. No dejes que tus esfuerzos cotidianos pasen desapercibidos: escribe lo que hiciste y cómo lo hiciste”.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.fr.
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