Vivo entre la preocupación y la esperanza. El mundo en que vivimos cada vez se parece más al del derrumbe de la República de Weimar. Pero como española, aunque tema el empuje de Vox y Aliança Catalana, soy levemente optimista. A cada nueva barbaridad de Miguel Tellado, número dos de Núñez Feijóo, más creo que la derecha y extrema derecha no alcanzarán la mayoría en las próximas generales. El lenguaje guerracivilista de Tellado y la estrategia suicida del PP abrazando la agresividad de Vox movilizarán millones de personas que refrendarán la mayoría plural que apoya a Pedro Sánchez. A cada exceso verbal de Tellado, más votos para levantar un muro en defensa de la España plural y democrática.
Ahora bien, esta mayoría progresista debe mover también ficha. Alertar de que viene el lobo, que vienen los ultras, es insuficiente. Hay que entender qué pasa. Miren, hasta que lo asesinaron desconocía quién era Charlie Kirk. No hace falta que les diga cómo de despreciables me parecen sus ideas. Pero lo que logró es increíble. Plantarse en los campus, debatir con los que estaban en sus antípodas y crear un movimiento de jóvenes que sucumbieron al trumpismo. Precisamente por eso, el gobernador de California, Gavin Newsom, el mayor azote de Trump entre los demócratas, estrenó su podcast invitando al mismo Kirk. Quería comprender y debatir.
Si no reaccionamos a las angustias de los jóvenes, nos arriesgamos a tener un gobierno iliberal
En España, el 30% de los menores de 30 años (y hasta el 40% de los chicos de 18 a 24) votarían a Vox. No son fascistas: buscan certezas y referentes que la política actual no les sabe ofrecer. Si no los escuchamos, si no hablamos con ellos, si no reaccionamos a sus angustias, corremos el riesgo de que España tenga también un gobierno iliberal. Pero sobre todo habremos fallado a toda una generación que pide ser escuchada. Porque el tándem político que quiere “cavar una fosa” (Tellado) al Gobierno español –¿también a sus votantes?– no va a proporcionar a los jóvenes las certezas y seguridades que merecen.
Lee también
No les garantizará el derecho a la vivienda, ni un trabajo digno, ni las pensiones a sus abuelos, ni educación o formación profesional de calidad, ni respetará su identidad sexual. Que los jóvenes de hoy crezcan sin esperanza en el futuro es un fracaso colectivo inaceptable. Escuchemos, entendamos, hablemos y actuemos.