Una hora antes de la manifestación, merodeaban por la Plaza de los Héroes y la avenida Andrássy de Budapest camisetas de FCK NER con el arcoíris, la máscara de Anonymous y distintivos de ATTAC, pero los más de 50.000 participantes en la … marcha pusieron finalmente en evidencia que el amplio espectro de la asistencia superaba con mucho a los clásicos de la protesta.
El primer ministro húngaro Viktor Orbán está levantando una ola de rechazo que toma cuerpo en las calles, contra sus controvertidas campañas mediáticas y con la reiterada convocatoria de consultas públicas, organizadas con dinero público y que los opositores critican como un medio para crear opinión pagar propaganda con el presupuesto del Estado. El siguiente es un referéndum sobre cuestiones fiscales convocado para octubre, después de que un medio progubernamental informase que la oposición planea aumentar los impuestos si gana las elecciones generales del próximo año, algo que el partido TISZA , liderado por Péter Magyar niega rotundamente.
En las elecciones europeas de 2024, TISZA obtuvo el segundo lugar con casi el 30 % de los votos, lo que consolidó a Magyar como el rival más serio de Viktor Orbán de cara a las elecciones parlamentarias de 2026. Las encuestas muestran que más del 60 % de los votantes indecisos consideran a TISZA como una opción viable y, si hubiera hoy elecciones, en los sondeos más pesimistas el partido Fidesz-KDNP de Orbán obtendría entre el 35% y el 38%, mientras que TISZA se haría con entre el 28% y el 32%, con promedios bastante más altos en las circunscripciones urbanas. En otros independientes del gobierno, Magyar lleva la delantera.
La manifestación de este domingo no estaba convocada por TISZA, sino por la Asociación de Teatro Loupe y contra el hecho de que la vida cotidiana esté definida por mensajes divisivos, alarmismo y campañas de odio. «Se trata de luchar contra el deterioro del discurso público», dijo una de las oradoras, Orsi Tapasztó, ‘influencer’ húngara que ha ganado relevancia en debates sobre derechos civiles, protección infantil y libertad de expresión. «Nos encontramos en un momento hito, en el que las fuerzas internacionales se están alineando, y es necesario que los húngaros dejemos constancia de qué lado nos encontramos realmente, y ese es un posicionamiento que va más allá de la política», dijo otra oradora, Edina Pottyondi, ex miembro de la junta directiva de Momentum y cuarto puesto en la lista Forbes 2024 de las mujeres húngaras más influyentes.
«El gobierno está envenenando deliberadamente a este país para mantenerlo bajo control total y dominar», se quejaba el reconocido actor Lengyel Tamás, en referencia a la convocatoria del nuevo referéndum, que recordó que, según un informe de la revista «HVG», la publicidad de la última consulta de este tipo, con el que Orbán quería apuntalar su veto contra el inicio de las negociaciones de adhesión a la UE con Ucrania, costó el equivalente a 27,7 millones de euros. Tamás condenó las «campañas publicitarias financiadas por el Estado que son engañosas, distractoras u odiosas«.