Vivimos en una era en la que la digitalización impregna cada aspecto de nuestra vida: trabajo, ocio, compras, salud y hasta trámites administrativos. Esta dependencia tecnológica trae consigo una cara oscura: el aumento imparable de los ciberataques. España, por ejemplo, se ha situado en 2025 como el segundo país más atacado del mundo.
Y los ciberdelincuentes no distinguen entre grandes corporaciones, pequeñas empresas o usuarios particulares: todos somos un objetivo potencial.
Los ciberataques no solo suponen pérdidas económicas millonarias —aunque deberías saber que se estima que provocarán 17.900 millones de dólares en pérdidas en 2030—, sino también un enorme impacto social, al comprometer datos personales, paralizar hospitales o incluso dejar fuera de servicio infraestructuras críticas.
Y, ante esto, la única defensa efectiva es la prevención: conocer cómo funcionan los ciberataques más comunes y aplicar medidas para reducir riesgos.
Qué es un ciberataque
Un ciberataque es cualquier intento deliberado de comprometer la seguridad de sistemas informáticos, redes o dispositivos con el fin de:
- Robar información sensible (contraseñas, datos bancarios, historiales médicos).
- Extorsionar a usuarios o empresas mediante chantajes digitales.
- Sabotear infraestructuras críticas (hospitales, aeropuertos, fábricas).
- Suplantar identidades para cometer fraudes financieros o reputacionales.
La gran mayoría de ataques explotan dos debilidades universales:
- Las vulnerabilidades técnicas, como fallos en programas o sistemas no actualizados.
- El error humano, que sigue siendo el “eslabón más débil” de la ciberseguridad.
Y ahora, con la expansión del teletrabajo, la computación en la nube y la IA, los atacantes disponen de un campo fértil para innovar en sus técnicas, que cada vez son más sofisticadas y difíciles de detectar.
Tipos de ciberataques
Los ciberataques adoptan múltiples formas. A continuación, repasamos los más comunes y sus características:
1. Ataques basados en malware
- Malware en general: Software malicioso como virus, gusanos, spyware o adware; se infiltra en tu sistema, frecuentemente, a través de archivos adjuntos, descargas, dispositivos de almacenamiento infectados o páginas web comprometidas.
- Ransomware: Cifra los archivos de un sistema y exige un rescate para liberarlos. Ha golpeado duramente a empresas españolas en los últimos años.
- Troyanos: Se hacen pasar por programas legítimos para dar acceso secreto al atacante.
- Spyware y keyloggers: Espían al usuario, registrando contraseñas y hábitos de navegación.
- Botnets: Redes de dispositivos infectados que los ciberdelincuentes controlan para lanzar otros ataques (como DDoS).
- Ransomware: Malware que cifra los archivos de un dispositivo o una red completa y exige el pago de un rescate (generalmente en criptomonedas) para recuperar el acceso. Se le conoce como ‘secuestro digital’, y es considerado el ataque más rentable para los ciberdelincuentes.
2. Ataques basados en ingeniería social
Estos ataques no dependen tanto de la tecnología, sino de la manipulación psicológica:
- Phishing: Correos electrónicos fraudulentos que simulan ser de entidades legítimas para robar datos sensibles.
- Spear phishing: Variante más dirigida y peligrosa, personalizada para un individuo concreto.
- Smishing y vishing: Phishing realizado mediante SMS o llamadas telefónicas.
- Baiting: El atacante ofrece un ‘gancho’, como un USB abandonado o un premio falso, para infectar al usuario.
- Sextorsión: amenaza de difundir imágenes comprometedoras si no se paga un rescate.
- Fraudes online: incluyen desde falsos alquileres hasta estafas de soporte técnico, pasando por tiendas falsas de comercio electrónico.
3. Ataques a contraseñas
- Fuerza bruta: El atacante prueba millones de combinaciones hasta dar con la contraseña correcta.
- Ataques por diccionario: Uso de listas de contraseñas comunes para adivinar accesos.
- Credential stuffing: Aprovechar credenciales filtradas en otras plataformas para acceder a nuevas cuentas.
4. Ataques a las conexiones y la red
- DDoS (Denegación de servicio distribuida): Saturan un servidor con tráfico hasta dejarlo inaccesible.
- Man-in-the-Middle (MitM): El atacante intercepta comunicaciones, como en redes WiFi públicas no seguras.
- Redes WiFi trampa: Puntos de acceso falsos que simulan ser legítimos.
- Spoofing: Suplantación de identidad en correos electrónicos (email spoofing), IPs o páginas web falsas.
5. Ataques a aplicaciones y sistemas
- Inyección SQL: Manipulación de bases de datos mediante comandos maliciosos.
- Cross-Site Scripting (XSS): Inserción de código en páginas web vulnerables.
- Exploits de día cero: Aprovechan vulnerabilidades desconocidas o sin parchear.
- Ataques a la cadena de suministro: Comprometen a proveedores o socios para infiltrarse en una organización.
6. Amenazas avanzadas
- APT (Amenazas Persistentes Avanzadas): Ataques prolongados, sofisticados y bien financiados, generalmente con fines de espionaje.
- Criptojacking: Uso encubierto del ordenador de la víctima para minar criptomonedas.
Cómo evitar un ciberataque
Ninguna medida garantiza seguridad total, pero existen buenas prácticas que reducen significativamente el riesgo:
- Gestiona adecuadamente las contraseñas: Usa contraseñas robustas y específicas para cada servicio, almacenándolas en gestores de contraseñas fiables. Así mismo, aplica la autenticación multifactor siempre que sea posible.
- Actualización constante: Mantén sistemas, aplicaciones y antivirus siempre actualizados. Los parches corrigen vulnerabilidades explotables.
- Precaución frente a mensajes sospechosos: Desconfía de correos, SMS o llamadas que piden datos urgentes o hacen ofertas demasiado buenas. De igual modo, revisa enlaces y remitentes cuidadosamente.
- Protección de redes y dispositivos: Evita conectarte a redes WiFi públicas si no cuentas con una VPN activa; configura de forma segura tu router y activa un cortafuegos.
- Copias de seguridad: Realiza backups periódicos y guárdalos en ubicaciones desconectadas. Son la mejor defensa contra ransomware.
- Concienciación y formación: El 95 % de los incidentes se deben a errores humanos. Capacitar a empleados y usuarios en ciberseguridad es clave.
- Uso de herramientas avanzadas: Antivirus, filtros antispam, detección de intrusiones y monitoreo constante ayudan a prevenir ataques. Si hablamos de empresas, implementar planes de respuesta a incidentes y cumplir normativas como NIS2 o DORA es esencial.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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