Felipe VI encabeza este año la delegación de España en el comienzo de la Asamblea General de la ONU, la ‘semana grande’ de la organización internacional. Como jefe de Estado, será él quien represente a España ante la comunidad internacional, con un … discurso que tendrá lugar el miércoles por la mañana, y no el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que también ha venido a Nueva York con motivo del gran cónclave anual de la comunidad internacional.
La participación del Rey en la Asamblea General de la ONU ocurre en un momento, a la vez, de celebración y turbulencia. La organización internacional, creada tras la Segunda Guerra Mundial como respuesta a la devastación de aquel conflicto, para evitar que algo así volviera a pasar, cumple 80 años. Pero lo hace entre dudas sobre su capacidad para cumplir con ese objetivo, entre dos guerras que no acaban -las de Ucrania y Gaza- pese a los esfuerzos de parte de los actores internacionales y con dudas sobre su futuro, con quien ha sido su líder, EE.UU., cada vez más escéptico hacia la ONU y desligado de ella bajo Donald Trump. Será también el Rey, y no el presidente del Gobierno, quien participe en la tradicional recepción que el presidente de EE.UU. organiza para todas las delegaciones, que se celebra este martes por la noche.
El Rey no ocultó la gravedad del momento en un encuentro este lunes por la noche con miembros de la comunidad española de Nueva York. «Siempre es una cita importante», dijo sobre la ‘semana grande’ de la ONU. «Pero esta vez, y con este aniversario tan redondo, se celebra en un momento de enorme trascendencia para la diplomacia multilateral», añadió, con buena parte de la atención en Nueva York puesta en la cuestión palestina, en la cruenta guerra de Gaza.
«Es un momento crucial que no admite vacilaciones y que exige de todos una cooperación firme solidaria y eficaz, si de verdad hay voluntad clara y honesta de avanzar y no dejarnos llevar por intereses excluyentes, olvidos y frustraciones y regresiones en tantos órdenes de la vida humana», defendió.
Felipe VI hablaba desde la residencia del embajador ante la ONU, Héctor Gómez, a pocos metros de Central Park, en un acto en el que también estuvieron la vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, y la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera.
Fue una intervención horas después de que se celebrara, a pocas manzanas de allí, en la sede de la ONU en Nueva York, una cumbre auspiciada por Francia y Arabia Saudí para el reconocimiento del estado de Palestina y el impulso de la solución de los dos estados.
Y pocos días después de la visita del monarca a Egipto, donde criticó el «brutal e inaceptable sufrimiento» de la población civil en Gaza y defendió la necesidad de un estado palestino «viable».
«Honrar ese pacto no es mirar atrás, sino actuar», dijo el Rey sobre los compromisos para el mantenimiento de la paz y el respeto de los Derechos Humanos alcanzados por la comunidad internacional hace 80 años con el nacimiento de la ONU. «España quiere actuar y encara este 80º periodo de sesiones con la convicción de que el multilateralismo inclusivo y reforzado es la herramienta más eficaz para responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo».
Felipe VI también destacó «el enorme valor» de la comunidad española en Nueva York y les agradeció sus esfuerzos por mantener viva la presencia de España en EE.UU., en especial ahora que llega el 250º aniversario de la fundación del país.
«Es un momento histórico en el que España tuvo un papel decisivo», dijo. «Recordémoslo y recordémoselo a ellos también, porque de vez en cuando también viene bien».