La ecóloga Renata Ulinskienė se ha topado en Lituania con el hongo con el que todos los aficionados a la recolección sueñan tanto por su aspecto como por su rareza: el coralino (Hericium coralloides).
Su nombre se debe a que se trata de un hongo que, pese a crecer en el bosque, recuerda a los corales marinos debido a su forma ramificada. Esa característica hace que llame la atención de todo el que lo contempla.
Tal y como recoge el canal de televisión lituano TV3, el hongo coralino es de color blanco y está cubierto por numerosas espinas pequeñas que le dan ese aspecto similar al de un coral.
Renata Ulinskienė ha destacado que, en Lituania, “este año ha habido una gran abundancia de estas raras bellezas”. En concreto, la ecóloga descubrió el hongo mientras paseaba por el parque regional de Biržai.
El hongo coralino se encuentra en la lista roja de especies vulnerables y es muy difícil de encontrar no solo en Lituania sino en todo el continente europeo. Su presencia sí es algo más habitual en Asia y en América del Norte.
Este hongo puede alcanzar los 40 centímetros de ancho y de alto. Las mencionadas ramificaciones por las que es tan conocido parten desde el tallo y están cubiertas por espinas de entre 0,5 y 1 centímetro de largo.
Según explica el citado medio lituano, se trata de un hongo “descomponedor de la madera que crece en árboles caducifolios en descomposición, como abedules, álamos, arces, robles, alisos y sauces, en troncos húmedos o podridos de bosques antiguos de caducifolios y mixtos”.
La escasez del Hericium coralloides en el viejo continente se debe a que en los bosques europeos hay poca madera en descomposición, y la que se encuentra en ese estado es de árboles no muy longevos, por lo que no cumple las condiciones de descomposición y humedad necesarias para que el hongo se desarrolle.