Su affaire con los alojamientos boutique comenzó en Menorca. Tras hacer una pausa en su carrera profesional, coincidiendo con su maternidad, quiso reincorporarse al mundo de la comunicación cuando se dio cuenta de que ya no era lo suyo. En un primer momento quería dedicarse a la reforma de casas; hasta que apareció en el paraíso balear un pequeño hotel a la venta donde hacer realidad un proyecto con el que siempre había fantaseado: abrir su propio establecimiento, apostando por la estética inglesa y despojándose de todos los elementos tradicionales. Así nació el primer Cristine Bedfor, en el centro histórico de Mahón.
Pronto se dio cuenta de que era un producto muy exportable y que podía funcionar en otras ciudades. “Porque no había nada igual. Es algo muy personal y cuidado”, asegura la propietaria. Así, en junio de 2025, abría sus puertas la sucursal de Málaga en un edificio del siglo XIX que perteneció, durante generaciones, a una familia local y que ha sido rehabilitado por el Estudio de Arquitectura e Interiorismo de Marta de la Rica. Y, justo con el inicio de la nueva temporada, da la bienvenida al tercer –y, posiblemente, más ambicioso– proyecto del grupo: un hotel en Sevilla.