El secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha reunido este miércoles en Manresa con algunos de los alcaldes del partido. La cita se ha producido después de que estos cargos municipales pidieran un encuentro con la dirección para expresarle sus preocupaciones de cara a las elecciones municipales de 2027. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, al encuentro han acudido Marc Buch (Calella), Albert Castells (Vic), Arnau Rovira (Manlleu), Òscar Fernàndez (Cabrera) y Agustí Arbós (Olot).
Se trata del mismo grupo de alcaldes que en los últimos tiempos ya ha presionado a la dirección del partido para que asumiera algunos de sus postulados en materias como las okupaciones, la multirreincidencia o la inmigración. La intención de este grupo de cargos municipales, según explican fuentes conocedoras de la cita, no es hacer un pulso a Turull o a Carles Puigdemont, con quien esperan citarse próximamente en Waterloo; sino que el partido centre sus discursos y políticas en estas tres cuestiones y deje de prestar tanta atención a la negociación con el PSOE en Suiza y en cuestiones como la amnistía y la oficialidad del catalán en la UE que pasan por Madrid.
La principal preocupación de los alcaldes son las próximas elecciones municipales, para las que quedan un año y ocho meses, y el posible auge de formaciones como Aliança Catalana. La formación de Sílvia Orriols, a la que las encuestas le pronostican un crecimiento importante, prevé centrar sus esfuerzos en los municipios que se encuentran a lo largo del Eix Transversal y que en los últimos años han vivido un cambio demográfico relevante, derivado en gran parte de la llegada de migrantes que nutren la potente industria cárnica de la Catalunya interior.
En la convención municipalista que se celebró en Vic en mayo, el partido ya apostó, entre otras cosas, por poner condiciones más restrictivas al padrón. En aquella ocasión se votó a favor de impulsar modificaciones legales con el fin de vetar la inscripción en inmuebles okupados y acabar con la posibilidad de empadronarse en equipamientos municipales o en el espacio público, unas políticas que ya tratan de impulsar algunos de estos alcaldes -como el de Figueres o el de Calella– a nivel municipal, pero que de momento no se ha traducido en iniciativas parlamentarias.
Durante la reunión de este miércoles, que según la dirección se celebran de forma habitual, Turull ha escuchado las demandas de los alcaldes y les ha compartido como el partido tiene previsto abordar estas cuestiones los próximos dos años. De momento, el partido ya ha promocionado a través del Congreso propuestas en esta línea, como la delegación de competencias en materia de inmigración o una ley para abordar la multireincidencia y las okupaciones, aunque ninguna de ellas ha conseguido el visto bueno de la Cámara baja. Este martes se tumbó la tramitación de la transferencia de inmigración a la Generalitat por la oposición de Podemos.
Jordi Turull y el alcalde de Figueres siguiendo el consejo nacional de Junts en Figueres / ACN
En los últimos días, Turull se ha dejado ver con dos de los alcaldes que piden estos cambios discursivos. El sábado lo hizo junto a Masquef, en la celebración del consejo nacional de la formación que se celebró en Figueres. El alcalde de la capital del Alt Empordà aprovechó su intervención para pedir al partido que vuelva a ser “pragmático“. “La gente lo que quiere son servicios públicos de calidad, llegar a fin de mes y vivir en ciudades limpias y seguras. Os pido que volvamos a ser pragmáticos, ofreciendo soluciones y hablando claro”, rogó Masquef en su discurso a puerta cerrada.
También el alcalde de Olot ha tenido protagonismo esta semana, ya que Turull le encomendó que hiciera la presentación de su conferencia en el Nueva Economía Fórum para dar voz a los alcaldes de la formación. Arbós aseguró que Catalunya vive un crecimiento de población “insostenible” y pidió tomar “la mejor dirección en esta encrucijada histórica”. “Vivimos en una Catalunya de ocho millones que en muchos aspectos está dimensionada para seis. Y hago la pregunta: ¿es sostenible una Catalunya como la actual con diez millones de habitantes? Yo creo honestamente que no”, remató, al tiempo que aseguró que este crecimiento demográfico puede afectar a la “calidad” de los servicios públicos y a la “cohesión” social.
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