El Kremlin lo tiene claro: la guerra en Ucrania acabará cuando le convenga a Rusia. Así lo expresó este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista en la emisora RBK Radio. «Seguimos con nuestra operación militar especial para garantizar nuestros … intereses y alcanzar los objetivos que (…) el presidente de nuestro país estableció desde el inicio», aseguró. El 24 de febrero de 2022, los rusos empezaron el día con un discurso de Vladímir Putin declarando que Rusia iniciaba la guerra contra Ucrania para «desmilitarizar», «desnazificar» el país vecino y evitar que entrara en la OTAN. Moscú ha reiterado durante años las ideas de que Kiev es neonazi y un peligro inminente para su seguridad con el fin de justificar su campaña militar.
«Lo estamos haciendo por el presente y el futuro de nuestro país. Para las generaciones venideras. No tenemos alternativa», explicó, añadiendo que «la operación militar es una cosa y lo que está sucediendo a nuestro alrededor es una guerra (…) Necesitamos ganarla por el bien de nuestros hijos, nuestros nietos por el bien del futuro (de Rusia)», subrayó Peskov.
Durante la misma entrevista, el representante del poder ruso también respondió a las palabras del martes de Donald Trump, en las que apuntó que Kiev podría ganar la guerra con apoyo de la UE. «Creo que Ucrania, con el apoyo de la Unión Europea, está en condiciones de luchar y recuperar todo el territorio» fueron las palabras del mandatario estadounidense. En opinión de Peskov, «la situación es diferente ahora. La posición de Ucrania es mucho peor. Repito, solo seguirá empeorando», por lo que consideró inviable que pueda ganar a Rusia.
Moscú creía que lucharía en Ucrania durante unos pocos meses, tal y como evidenció un artículo de la agencia de noticias estatal Ria Novosti publicada en marzo de 2022, en el que se celebraba la victoria en la Operación Militar Especial. Tres años después, los combates prosiguen. Trump apuntó el martes que el fracaso de Rusia para conseguir una victoria rápida implica que es más débil de lo que aparenta. Él mismo también elogió la «gran moral» de Urania y remarcó que «solo va mejorando». Peskov no dudó en rebatir esas palabras ayer: «El señor Trump ha oído lo que pasa desde la perspectiva de Zelenski. Y, aparentemente, esa versión es la que le llevó a decir lo que dijo».
Tigres de papel
En sus afirmaciones, el presidente estadounidense no dudó en calificar a Rusia de «tigre de papel» (es decir, algo que parece amenazador pero en realidad es inofensivo), una etiqueta que no ha gustado en Moscú. «Rusia no es un tigre. Rusia se asocia más bien con un oso. No existen osos de papel y Rusia es un verdadero oso», contestó Peskov. El portavoz del Kremlin añadió que «no hay nada de papel aquí, Rusia mantiene su estabilidad macroeconómica», aunque admitió que «ha experimentando tensiones y problemas en ciertos sectores».
A pesar de sus palabras, la guerra pasa factura a la economía rusa. Así lo han reconocido otros representantes del poder como el ministro de Economía, quien en el pasado mes de junio, en el Foro Económico de San Petersburgo; admitió que, para él, «Rusia se acerca al borde de la recesión».
Más recientemente, a principios de septiembre, el director de Sberbank (uno de los principales bancos rusos) advirtió de que la economía rusa ha caído a «un estancamiento técnico». Además, las previsiones de crecimiento para 2026 han menguado desde el 2,5% al 1,5% (incluso al 1,2% en el caso de las más pesimistas), según pronosticó el ministro de Finanzas, Antón Siluanov.
Trump ha pedido tanto a los países de la UE como a China y la India que dejen de comprar petróleo a Moscú para presionarlo. Para Peskov, eso es una maniobra para intentar vender más hidrocarburos estadounidenses: «Lo más simple es forzar al mundo a comprar petróleo y gas natural líquido más caro de EE.UU.», algo que está haciendo «sin maniobras diplomáticas».
Zelenski pide más seguridad
Las declaraciones de Peskov se produjeron horas antes de la intervención del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ante la Asamblea General de la ONU, donde volvió a exigir a la comunidad internacional que actúe ante la agresión de Rusia. Para ayudar a la causa ucraniana, pero también para proteger la seguridad de la comunidad internacional.
«Lo hemos dicho antes: Ucrania solo es el primero», recordó Zelenski, quién exigió que se proporcione más seguridad a su país para poder repeler la agresión de Vladímir Putin, el presidente ruso, lo que significará además un control a la carrera armamentística que, en su opinión, vive el mundo.
«Parar esta guerra ahora en el contexto de la carrera armamentística es más barato que construir guarderías subterráneas o búnkeres enormes para infraestructura crítica», dijo. «Parar a Putin ahora es más barato que tratar de proteger cada puerto y cada barco de terroristas con drones marinos. Parar a Rusia ahora es más barato que estar pensando quién será el que cree un simple dron que cargue una cabeza nuclear».
Zelenski retrató un contexto internacional en el que «ni la ley internacional, ni la cooperación, son las armas las que deciden quién sobrevive». Es el ejemplo de su propio país, víctima de una agresión a su soberanía e integridad territorial, con una invasión que la comunidad internacional no ha podido parar ni repeler.
«Los sabéis perfectamente bien», dijo a los mandatarios de todo el mundo reunidos en Nueva York. «La ley internacional no funciona del todo si no tienes amigos poderosos que realmente quieran estar contigo. E, incluso así, eso no funciona sin armas. No hay garantías de seguridad, más allá de amigos y armas». En ese sentido, defendió que «si son necesarias las armas para lograrlo, si meten presión a Rusia, entonces hay que hacerlo y hay que hacerlo ahora», dijo sobre un armamento de Ucrania que permita repeler la agresión rusa. «De lo contrario, Putin seguirá adelante con la guerra, de forma más amplia y profunda».
Zelenski puso especial hincapié en quienes siguen siendo socios comerciales de Rusia, un grupo en el que cabe desde China –el gran sostén económico de Putin– hasta los países europeos que compran petróleo y gas ruso. «La guerra ha llegado ya a demasiada gente como para pretender que no tiene nada que ver con vosotros. Así que depende de vosotros si ayudáis a la paz o si seguís comerciando con Rusia y ayudando a financiar esta guerra».
El presidente ucraniano defendió el impacto amplio de apoyar a su país: «Si las garantías de seguridad funcionan para Ucrania, algo más que amigos y armas, significará que la seguridad nacional no será un privilegio para unas pocas naciones, sino un derecho para todos».
Zelenski hablaba ante la ONU un día después de que Donald Trump cambiara de forma radical su posición sobre la guerra en Ucrania: poco después de su discurso en el mismo foro este martes, el presidente de EE.UU. anunció en un mensaje en redes sociales que el Gobierno de Kiev debía luchar para recuperar todo su «territorio original» y que EE.UU. proporcionaría armas a través de la OTAN. En la misma línea que Trump, Zelenski fue crítico con la «debilidad» de las instituciones internacionales que permiten que guerras como las que sufre su país, pero también las de Gaza o Sudán, no tengan fin.
Zelenski evidenció una intención de agradar a Trump tras el gesto del día anterior del presidente de EE.UU. Aseguró que «Dios le salvó de un intento de asesinato durante la campaña» y lamentó los asesinatos de Charlie Kirk, un referente del trumpismo, y de Irina Zarutska, una exiliada ucraniana acuchillada en un autobús, dos episodios que han movilizado con fuerza a los sectores conservadores en EE.UU., cuyo apoyo necesita Zelenski.