El equipo de Vicente Lafuente, el empresario del que todo el sector empresarial habla estos días en Valencia, sopesaba la convocatoria de una rueda de prensa que, finalmente, ante la expectación generada, ofrecerá mañana en la sede de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval). Es como presidente de esta entidad -que integra a 36 asociaciones y a 3.307 empresas-, una de las más relevantes del tejido empresarial de la Comunidad Valenciana, que aspira en firme a presidir la Confederació Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV).
Su candidatura era un secreto a voces tras las filtraciones de los últimos días, pero no lo confirmó hasta una hora después de que Salvador Navarro, actual presidente, anunciara el martes que se hacía a un lado y no optaba a la reelección. En un comunicado anunciaba su candidatura y resaltaba que “tras escuchar a diferentes organizaciones que integran la CEV” tomaba la decisión y anunciaba que lo hacía “con el respaldo incondicional de su federación del metal”, a través de la cual iba a recabar los avales necesarios para presentar su candidatura.
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En esas ‘diferentes organizaciones’ con sus correspondientes valoraciones recibidas parece estar la clave del salto de Lafuente, que ahora detenta una vicepresidencia en la CEV, preside su Comisión de Industria y ocupa un largo listado de cargos institucionales, con silla propia en la junta directiva de la CEOE. Por este cargo, así como por ser vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (CONFEMETAL) y presidente de su comisión de Formación y Prevención de Riesgos Laborales, o vicepresidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), viaja al menos dos veces al mes a Madrid, donde teje complicidades con otros empresarios, como por ejemplo el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, de su mismo sector y con quien, fuentes empresariales aseguran, mantiene una buena relación.
César Quintanilla, el hombre de Lafuente en Alicante
Perteneciente a una familia de larga tradición empresarial (es hijo de Eliseo Quintanilla, expresidente de la Cámara de Comercio), César Quintanilla confirma a La Vanguardia su intención de optar a la presidencia de la CEV en Alicante, una candidatura acordada con Vicente Lafuente. Quintanilla, con una prolongada carrera profesional desarrollada en la industria farmacéutica, fue presidente de Jovempa y lo es en la actualidad de Uepal, una federación de asociaciones empresariales surgida en la provincia de Alicante tras la desaparición de Coepa. Como es lógico, el empresario alicantino cuenta con el respaldo de una junta directiva de Uepal en la que participan sectores de mucho peso, como Asaja, Fetrama (transporte), Fopa (Obra pública), Facpyme (Comercio) o Provia (Promoción). Quintanilla pretende precisamente que la futura CEV sea “más participativa y conceda más protagonismo a los distintos sectores empresariales”. En la actualidad, Joaquín Pérez (Grupo Soledad) preside la CEV en Alicante. Una vez confirmada la no continuidad de Salvador Navarro, no parece probable que opte a continuar, pero aún no lo ha descartado.
Lafuente no tenía pensado presentarse inicialmente, confirman diversas fuentes, pero los movimientos de los últimos días le habrían alentado a dar un paso al frente para un cargo, aseguran otros, que siempre le había interesado. Pero los reproches a la gestión de Navarro y la consensuada por varios sectores necesidad de obtener mayor representatividad le habrían animado. Fuentes empresariales confirman que se esperaba mayor protagonismo de las asociaciones (son 167 asociaciones y federaciones), una queja que, apuntan, vendría tanto del azulejo, como del mueble y la madera o de la agricultura, en un contexto de muchos reveses, intensos y complejos, para la empresa valenciana.
Participa en la junta directiva de CEOE, por lo que viaja a Madrid dos veces al mes
Tampoco es ajeno Lafuente, ni mucho menos, a las exigencias de la representatividad institucional, pues además de los puestos anteriormente citados es vocal del Patronato de la Fundación del Metal para la Formación, la Cualificación y el Empleo (FMF); miembro del Consejo Rector de ADIMME y de la junta directiva de Unión de Mutuas, presidente de la Asociación Valenciana de Recubrimientos Metálicos (ASEREM); vicepresidente segundo en el Consejo de administración de SITVAL y miembro del Observatorio de la Industria.
Una representatividad que le acercará, de salir presidente, al poder político, con el que está acostumbrado a dialogar, por ejemplo reclamando al Consell políticas de apoyo a la innovación para reactivar y consolidar los clústeres industriales o afeando al Gobierno la propuesta de reducción de la jornada laboral por no tener en cuenta “la realidad de nuestras empresas”, como escribía en la última memoria de sostenibilidad de Femeval.
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Ajeno a la política – su directora general es Empar Martínez, ex secretaria autonómica de Economía Sostenible con el Botànic- representa una nueva generación de empresarios que renovaron el tejido empresarial y que se curtieron “trabajando mucho”, como hizo y hace él en Protecmet, S.L. y Metalrec Levante, S.L. Dicen quienes le conocen que es de perfil dialogante, mediador y que siempre va “con los principios por delante”, tres cualidades de las que hacer bandera en el camino que ahora empieza.