Durante la cena de la boda, el hilo conductor del evento siguió estando presente. Y es que, en esta celebración, se han interpretado todas y cada una de las facetas ibicencas. “Nos inspiramos en los hermosos pinos de color verde empolvado que cubrían el paisaje de la isla y también en el color verde esmeralda de los azulejos de Six Senses, tiñendo a mano la tela de muselina para evocar una sensación de magia etérea”, explica.
Otra de las muchas personalidades que tiene Ibiza es la de la vida nocturna. Para la fiesta, los novios acertaron de pleno reflejando este ambiente en su boda. “Al caer la noche, el espacio de la fiesta cobró vida con vibrantes detalles en rojo y bolas de espejos, con varias sorpresas de espectáculos en vivo para crear la icónica escena clubbing por la que Ibiza es reconocida”, añade Hedges.
Tali Photography
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Los elementos elegidos para la decoración y la paleta de colores estuvieron en armonía con todo lo mencionado. Sobre todo, en la parte de la ceremonia, representaron una parte fundamental para lograr el ambiente que los novios deseaban. “Estuvo repleto de formas y colores orgánicos y naturales, en perfecta consonancia con el aura rústica y lujosa de la isla”, relata Hedges.
De los arreglos florales se encargó All Love for London. Ellos, junto al equipo de wedding planners de Isla and Smith, consiguieron plasmar las diferentes caras de la isla de Ibiza con cierto toque vintage y lograron una fusión perfecta de todos los elementos.
Danielle Frankel diseñó el vestido de la novia
Hedges creó su vestido de novia junto a la diseñadora principal de Danielle Frankel en su taller de Manhattan. “Creamos el look personalizado que lucí el día de mi boda”, reconoce. El proceso de creación de este atuendo nupcial se inició cuando la novia se probó una muestra de pasarela de la nueva colección de la firma en mayo de 2024. “Me encantó el vestido, pero quería algo más dramático”, añade.
El resultado fue un vestido de encaje con godets de gasa plisada y apliques en toda la prenda con una falda acampanada con mucho volumen y un borde de encaje decorando el bajo. “El encaje cortado a mano adorna los tirantes finos y el watteau se despliega desde el centro de la espalda, formando una larga cola de gasa plisada”, explica la diseñadora.
Tali Photography
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El velo fue el accesorio perfecto para complementar ese vestido con tanta personalidad. “Está compuesto por apliques pintados a mano, lo que lo convierte en una auténtica obra de arte”, dice la novia. Esta pieza no contaba con demasiada longitud para no opacar el dramatismo del vestido.