Así ha sido el debut de Dario Vitale en Versace
Es una casa y sus habitantes se han despedido de ella recientemente. La cama está deshecha, pero sigue siendo cálida y acogedora. Las sillas se mueven y las pantallas se dejan encendidas, hay paquetes aún por desenvolver. Alguien ha pasado entre estas paredes y ha dejado sus huellas: las camisas de rayas están arrugadas sobre las mantas y la ropa interior yace a los pies de la cama, junto con vasos medio llenos y pastillas olvidadas, como señal de una noche romántica recién vivida.
El de Dario Vitale no pretendía ser un auténtico desfile de moda, sino una presentación íntima en espacios ya habitados, como si pidiera permiso a alguien que se apellida Versace. Para ello, confía sus palabras a una carta de urgencia que recupera el patetismo de Keats por Fanny Brawne: “Escribirte es ya arriesgar demasiado, y sin embargo no puedo evitarlo. Las palabras son inútiles, pero en tu ausencia no tengo nada más”. “Que esto no sea una alabanza, sino una invitación. Ven, ven rápido. Hasta ahora he seguido el guión, pero odio los monólogos. Ponte algo atrevido, como para burlarte de las convenciones”, continúa la carta.
Versace primavera-verano 2026
Vogue Runway