El presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, rodeado de los presidentes autonómicos de su partido, defendió este domingo en Murcia una declaración suscrita por todos sus barones en la que se profundiza en el endurecimiento del discurso migratorio del principal partido de la oposición. Feijóo dedicó a este asunto un tercio de su discurso, para defender un sistema de visado por puntos inspirado, según dijo, en la experiencia de países como el Reino Unido, Canadá y Australia, que tenga en cuenta “el conocimiento de nuestra cultura”, así como la “capacidad de integración” de quienes vienen de fuera e, incluso, el grado de colaboración de los países de origen. “Si los países de origen nos ayudan a poner orden, serán recompensados, y si los países de origen incentivan el desorden, evidentemente no, y no tendrán visado las personas que vengan de países que no se comprometan a mantener el orden”, afirmó con énfasis y ovacionado por los suyos, sin citar a ningún país en concreto.
Para ese eventual visado por puntos, y en línea con la tesis con la que se destapó el líder popular esta misma semana en un acto en Palma de Mallorca con la presidenta de Baleares, Marga Prohens, también presente en Murcia, se tendría en cuenta el origen de los inmigrantes, una cuestión que ha levantado mucha polvareda y críticas a Génova. En el punto 10 del apartado de inmigración de la declaración de Murcia se especifica que “la nacionalidad española no puede ser un mero trámite administrativo, sino la culminación de un proceso de integración lingüística, cultural y económica que refuerce nuestro proyecto común”. Para a continuación subrayar “el vínculo especial que nos une con las naciones hermanas de Hispanoamérica, con quienes compartimos lengua, historia y valores, y cuya integración en España constituye una oportunidad natural de enriquecimiento mutuo”.
El líder de los populares afirmó que un migrante “ni es una víctima que no es dueña de sus actos, como afirma el Partido Socialista, ni es un delincuente por defecto, como afirma Vox. Ninguno de los dos extremos es verdad”, sentenció recibiendo un aplauso de los mil simpatizantes del PP que se congregaron en el Teatro Circo de Murcia capital, del que casi doscientas personas se quedaron fuera. De viva voz, y como hace también la declaración firmada solemnemente antes del mitin por todos los líderes autonómicos, Feijóo estableció un principio general sobre la materia migratoria: “La inmigración bien gestionada es una oportunidad; mal gestionada, una fuente de división y precariedad”.
El reparto de los menores
El diagnóstico del líder de la oposición es que se trata de un problema que se ha “descontrolado” por culpa del Gobierno de Pedro Sánchez y que conviene afrontar “en primer lugar por las miles de personas que mueren engañadas por las mafias”, sentenció. Igualmente, acusó al Ejecutivo del PSOE y Sumar de “quitárselo de encima” y de “trocearlo”, además de diseñar un sistema de reparto de los menores no acompañados llegados a Canarias que solo tendría como objetivo contentar a sus socios. “A los indepes no les toca, al resto sí”, sentenció tirando de coloquialismo. Le escuchaba sentado en el escenario principal, junto a los principales presidentes autonómicos (faltaron por compromisos el andaluz Juan Manuel Moreno y el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, que sí estuvieron en la jornada del sábado de la cumbre de los populares) el vicepresidente de Canarias, Manuel Domínguez, cuyo gobierno, que preside Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, apremia a aceptar ese reparto diseñado de los menores.
Aunque lo omitió en su discurso, la declaración firmada por todos los presidentes autonómicos (y por el vicepresidente canario Domínguez) plantea dos propuestas con respecto a los menores muy en línea con lo que viene reclamando Vox. La primera, exigir la “determinación de edad” de los mismos, alentado la sospecha de que en realidad son mayores de lo que dicen o acreditan los documentos de sus países de origen, y la segunda que se les devuelva a su país con sus familias, algo que se debe hacer, precisan los populares, “siempre que existan datos que lo permitan”.
Por lo demás, tanto Feijóo en su discurso como la declaración de marras, en la que también se abordan otras cuestiones distintas de la inmigración, reiteran varias de las propuestas principales deslizadas los últimos días por los conservadores. Fundamentalmente la expulsión de los inmigrantes ilegales que delincan y de los regularizados que sean reincidentes y el veto del Ingreso Mínimo Vital (IMV) para aquellos extranjeros que no tengan cotización a la Seguridad Social. Ambos planteamientos, según expresó Feijóo, de “sentido común”. “Llegar a España sin un contrato de trabajo no puede generar más derechos que llegar a España con un contrato de trabajo, no puede ser”, exclamó ovacionado por los suyos. “Los delitos graves, implicarán, automáticamente que se pierda el derecho a la residencia, y los delitos reincidentes, aunque sean leves, no podrán premiarse tampoco con la permanencia en España. Aquí se cumple la ley, nosotros los españoles cumplimos la ley, y los inmigrantes han de cumplir la ley, y si no la cumplen se irán de nuestro país”, sentenció el líder de los populares.
“No nos van a encontrar en la política de que entre quien quiera, pero tampoco en la de ‘hay que echarlos a todos'”, señaló, tratando de establecer de nuevo un punto intermedio entre los posicionamientos de la izquierda y los de la extrema derecha.
“Sánchez va a acabar mal”
Al margen de la inmigración, el mitin supuso un baño de multitudes para el líder del PP, pero sobre todo para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se entretuvo más que ninguno de sus homólogos a la entrada y a la salida del teatro, intentando atender las innumerables peticiones de fotos de los simpatizantes populares. La atracción de la líder de los populares madrileños fuera de las lindes de su comunidad quedó una vez más demostrada, con abrumadora superioridad sobre el resto de presidentes autonómicos.
Feijóo reiteró varias de sus críticas al Gobierno por los escándalos de corrupción que le salpican y por el caso de los fallos en las pulseras para maltratadores. Y lo hizo incluso mezclando ambos asuntos, mencionando para ello expresamente a la mujer del presidente, Begoña Gómez, al día siguiente de que no se presentase ante el juez Juan Carlos Peinado, algo que hizo su abogado, el exministro Antonio Camacho. “El mismo Sánchez que pide clemencia para su esposa, acusada de cinco delitos, no ha tenido ni una palabra de disculpa para las mujeres a las que ha desprotegido. ¿Esto es feminismo? ¿Esto es lo que le importa al Gobierno las mujeres? ¿Esto es lo que le preocupa la violencia machista, después de impartir tantas lecciones?”, se interrogó retóricamente.
El líder de la oposición aseveró sobre Gómez que “quien nada tiene que ocultar, no se esconde”. Además, y en uno de los momentos álgidos de su discurso, vaticinó que “Sánchez va a acabar mal, no tengo ninguna duda”, y se preguntó si “sus socios querrán terminar igual de mal que él”.
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