El hecho de hacerse adulto lleva consigo muchas tareas que normalmente no se hacen durante la adolescencia. Pagar facturas de suministros, dedicar dinero a la gasolina del coche o su seguro y también ir a hacer compras grandes para la vivienda. Esto es algo que a priori puede resultar muy sencillo: ir a la tienda, coger las cosas o pedirlas y pagar en caja. Pero hay un grupo de la población que ve esto complicado.
Mucha gente no tiene interiorizado el hábito de comprar en persona en una carnicería, pescadería o frutería, y hacerlo para ellos es un gesto casi heroico. Algo que ocurre sobre todo entre las personas más jóvenes de nuestra querida Generación Z que cada vez acude menos a un establecimiento físico a hacer sus compras. Y todo por no tener los conocimientos para hacerlo.
La Generación Z, con dificultades para sus compras físicas
“Mi mayor miedo como semiadulta: no saber comprar en una carnicería” es la frase que sin duda ha hecho despertar muchas opiniones contrarias. La dijo una joven de Zaragoza de 24 años que compartió su experiencia de ir a comprar al mercado en su cuenta de TikTok @@isaalaureano2 y que ha conseguido hacerse viral con más de 200.000 reproducciones.
Un vídeo que parecía irrelevante, pero que despertó interés al mostrar cómo se sentía esta joven, que comparte sin duda la voz de otras personas de su edad. Y es que en los comentarios aparecieron relatos maravillosos de experiencias de otros jóvenes. Uno de ellos cuenta cómo fue su paso por la pescadería que fue así:
“En la pescadería no sabía que el salmón se vendía por pieza entera. Pedí un salmón pensando que era un kilo, me entregó el salmón entero (64 €). Como me dio vergüenza no le dije nada y me lo llevé”
No saber calcular cantidades y, sobre todo, la vergüenza de hablar con el pescadero son problemas habituales entre los más jóvenes. En la misma línea, otra joven relataba que pidió en la charcutería 50 gramos de queso y se encontró con una sola loncha en el paquete: “Me fui con mi loncha de queso callada de vergüenza” aseguraba.
Pero han encontrado una solución a las cantidades. Otra joven asegura que mientras hacía la cola de la carnicería escuchó a una mujer mayor pedir un cuarto de chorizo y detectó que la cantidad era correcta. Así que su conclusión es clara: “un cuarto de todo”. Aunque también está la solución que dicen otros de comprar siempre en la zona de envasados y no acercarse a los mercados.
Aquí vemos como la gente joven puede tener muchos problemas a la hora de acudir a hacer una compra a un establecimiento físico. Esto hace que los datos apuntan a que los jóvenes realicen casi el 50% de su gasto total de manera on-line, mientras que los más mayores dedican menos del 10% de su dinero al e-commerce.
Un fenómeno que va en aumento y que refleja también una carencia en las habilidades de comunicación persona. Los jóvenes, acostumbrados a la comunicación, a través de mensaje de texto y que no quieren ni responder llamadas telefónicas, tienen hasta problemas para poder preguntar al pescadero, a la carnicera o al charcutero sobre cuánto puede ser una cantidad adecuada. No son ogros las personas que trabajan detrás del mostrador, aunque en la mente de algunos jóvenes pueden llegar a serlos.
Una versión anterior de este artículo se publicó en 2024.
Imágenes | Nathan Cima
En Genbeta | Hay gente que critica que la Gen Z no sabe gestionar su dinero. Estudios muestran que la vida es tan cara que hasta se saltan comidas