El Ministerio de Cultura se niega a facilitar el coste el viaje que el titular del departamento, Ernest Urtasun, realizó en junio a Budapest para participar en el Orgullo gay de la capital húngara. Urtasun fue, junto a Yolanda Díaz y Ana … Redondo, uno de los tres ministros que el Gobierno envió para apoyar a la comunidad LGTBI, cuya movilización trató de frenar el Ejecutivo de Viktor Orbán. «Budapest es hoy la capital de la democracia, la libertad y la diversidad», proclamó desde allí Urtasun, tras portar junto a la líder de Sumar una pancarta en apoyo a los manifestantes.
El viaje del ministro de Cultura duró dos días. El viernes 27 de junio, intervino en un acto organizado por su ministerio y la Fundación Pedro Zerolo en defensa de los derechos LGTBIQ. Más tarde acudió a una recepción del Ayuntamiento de Budapest. Al día siguiente, junto a Yolanda Díaz, se reunió con el alcalde Gergely Karácsony, con quien «abordó las amenazas actuales a los derechos, el avance de los discursos de odio y las acciones para reforzar la visibilidad de la diversidad».
Estos actos fueron difundidos tanto por el departamento de prensa del Ministerio de Cultura como en la agenda oficial de La Moncloa. Sin embargo, la subsecretaria del ministerio, Carmen Páez Soria, en una resolución emitida a través del Portal de Transparencia, sostiene que «el viaje indicado no formó parte de la agenda institucional u oficial del ministro ni se realizó en comisión de servicios o con cargo a la Administración Pública».
Este diario solicitó a la Unidad de Transparencia del Ministerio de Cultura el coste total del viaje, con desglose de desplazamientos, alojamiento, dietas, seguridad y número de acompañantes. La respuesta del ministerio contrasta con la publicidad inicial de la agenda: ahora asegura que, al no ser un viaje oficial, «no existe información o documentación pública a la que se pueda dar acceso».
Urtasun relató parte de su agenda en su perfil de Bluesky, la red social a la que migró tras abandonar X. Agradeció al alcalde de Budapest su «cálido recibimiento y su firme empeño en preservar los derechos de todos», y definió su presencia allí como «un acto de compromiso con la libertad» en un país donde la marcha del Orgullo había sido prohibida. En declaraciones a la prensa subrayó que la extrema derecha no iba a lograr silenciar las reivindicaciones de la comunidad gay.