Pablo Isla ha dicho que no está prohibido enamorarse de un subordinado pero sí ocultarlo y tras investigar minuciosamente al CEO de Nestlé ha decidido despedirlo. Ser un buen ejecutivo no basta para hacer bien tu trabajo: hace falta ser valiente y saber poner … acentos de luz en aquello en lo que crees. Si Pablo Isla fuera catalán sería el preferido de Isidro Fainé para sucederle al frente de la Fundación La Caixa. Hay pocos elogios más altos que puedan hacerse hoy en España. Del amor, como de la paz, todo el mundo está a favor, y en una era tan emocional como la nuestra, tan irreflexiva, hace falta un valor no demasiado frecuente para enfrentarse a un romance.
Enamorarse es una horterada. Y más en el trabajo. No es verdad que no puedas controlarlo. Nadie se enamora, pese al tópico, a primera vista. Para enamorarte hay que insistir, y siempre puedes no insistir. Enamorarte en tu empresa es crear problemas, poner a tu pareja en una situación muy complicada, mezclar problemas y ser injusto con los compañeros.
En este mundo caótico y tan barato de los derechos, Pablo Isla ha tenido el coraje cívico de recordar que tenemos algunas responsabilidades, y explicar que has iniciado una relación con una subordinada es una de ellas. Por lo visto en este caso, los tratos de favor habían sido notorios y habían causado agravios. Pero no hace falta llegar a este extremo: la simple existencia de la relación crea desconfianza y recelo en los compañeros y es comprensible que así sea.
Las empresas serias tienen protocolos de este tipo y el de Nestlé no es el más severo. Pero no tendría que hacer falta que nadie te dijera que el jefe no puede acostarse con la secretaria. Somos hombres y mujeres, tenemos deseo, el morbo que da la cotidianidad, la oficina o la vecina, y cargamos cada cual con nuestras fantasías. Y está bien, y forma parte de nuestra naturaleza, y de nuestros sentimientos, y lo de que a través de la navegación privada buscamos por internet; y de lo que luego, como seres educados, racionales y aseados tenemos que saber gestionar sin dar espectáculos que disgusten a los demás.
Hay que cuidar de la empresa, ésta es la idea. La empresa que a veces es tu lugar de trabajo y a veces es tu familia. Tienes que saber controlarte antes de que Pablo Isla o tu esposa te echen. Enamorarte al precio de quemar tu vida es inmoral. No es un accidente, es un atentado. Tenemos una carrera, tenemos una familia. «El cielo tiene playas donde evitar la vida y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora». Tanto usar a Lorca para decir no más que tonterías, a ver si de una vez lo aprendemos a citar como Dios manda y por las cosas que él de verdad pensaba.
En los corazones que se vierten sin talento acaba por no quedar nada. El amor y la libertad son lo contrario de hacer en público tus necesidades. Moverse, eso sí, se mueve como una diosa.