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Pie de foto, El exdirector del FBI James Comey fue imputado por comentarios que hizo ante el Comité Judicial del Congreso en 202025 septiembre 2025
Actualizado 3 horas
El exdirector del FBI James Comey fue acusado formalmente de dos delitos este jueves por el Departamento de Justicia de EE.UU.
Desde hace tiempo Comey ha estado en la mira del presidente Donald Trump por su investigación sobre los supuestos vínculos del republicano con Rusia en el marco de las elecciones de 2016.
El exdirector del FBI fue acusado por un jurado investigador federal de presuntamente mentir bajo juramento durante su testimonio en septiembre de 2020 frente al Congreso y de obstrucción de la justicia.
La investigación contra Comey está dirigida por Lindsey Halligan, fiscal federal del Distrito Este de Virginia, quien anteriormente fue abogada personal de Trump
Comey publicó un video en Instagram en el que dijo ser inocente y comparó a Trump con un “tirano”.
“Mi familia y yo sabemos desde hace años que enfrentarse a Donald Trump tiene un precio”, señaló. “No vamos a vivir de rodillas”.
Aseguró que “el miedo es la herramienta de un tirano” y que él no tiene miedo. Aunque siente un profundo pesar por el Departamento de Justicia, dijo todavía tener fe en el sistema judicial.
“Soy inocente”, dijo. “Así que, que tengamos un juicio”.
Una investigación anunciada
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Pie de foto, Trump ya había pedido que se investigara a Comey en sus redes sociales
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, declaró que la imputación de Comey “refleja el compromiso de este Departamento de Justicia de responsabilizar a quienes abusan de posiciones de poder por engañar al pueblo estadounidense”.
Horas antes de la noticia de la acusación contra Comey, Trump habló con la prensa en la Casa Blanca y calificó al exdirector del FBI de “mala persona”.
Cuando se le preguntó si la acusación contra Comey era inminente, el presidente dijo que dejaba esa decisión en manos de la fiscal general Pam Bondi y su equipo.
“Ellos tomarán una decisión. Yo no la tomaré. Creo que podría involucrarme si quisiera, pero realmente no lo decido”, dijo.
“No tengo ni idea de qué va a pasar”
Recientemente, el presidente Donald Trump había aumentado la presión sobre Bondi, para que investigara de forma más agresiva a sus adversarios políticos.
En una extensa publicación en redes sociales el fin de semana pasado dirigida directamente a Bondi, Trump escribió: “No podemos demorarnos más, está dañando nuestra reputación y credibilidad”.
Trump expresó su frustración porque “no se está haciendo nada”, antes de pedirle a Bondi que investigara a James Comey, a la fiscal general de Nueva York Letitia James y al senador demócrata Adam Schiff, quien dirigió la fiscalía en el primer juicio político de Trump.
“He revisado más de 30 declaraciones y publicaciones que dicen que, en esencia, ‘la misma historia de la última vez: solo palabras, nada de acción’. No se está haciendo nada. ¿Qué pasa con Comey, Adam ‘Shifty’ Schiff y Leticia? Todos son culpables, pero no se va a hacer nada”, escribió Trump el sábado.
Varios demócratas condenaron la acusación contra Comey. El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo que era “un ataque vergonzoso al estado de derecho” y prometió que se hará rendir cuentas a “cualquiera que sea cómplice de esta corrupción maligna”.
El senador de Virginia Mark Warner, vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado, acusó al presidente Trump de intentar “convertir nuestro sistema judicial en un arma para castigar y silenciar a sus críticos”.
Los cargos
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Pie de foto, Trump y Bondi en febrero pasado en la Casa Blanca.
La fiscal federal Lindsey Halligan hizo el anuncio este jueves de que un gran jurado federal había presentado una acusación formal imputando Comey por falso testimonio y obstrucción de una investigación del Congreso, ambos cargos relacionados con el testimonio que el exdirector del FBI ofreció en una audiencia de un comité del Senado el 30 de septiembre de 2020.
Comey compareció en esa ocasión para ser interrogado sobre si había autorizado una filtración de información en torno a la investigación que se le se le hizo a Trump sobre posibles vínculos de su campaña electoral de 2016 con Rusia.
Cuando Trump llegó al poder en 2017, Comey dirigía el FBI, aunque el republicano lo cesó después de que anunciara la apertura de una investigación sobre los presuntos vínculos con Moscú.
“Los cargos que se alegan en este caso representan un abuso de la confianza pública de un nivel extraordinario”, declaró la fiscal Halligan este jueves.
Halligan fue nombrada en su cargo hace unos días, después de que el anterior fiscal federal, Erik Siebert, dimitiera tras concluir que no había pruebas suficientes para imputar a Comey.
Si es declarado culpable, el exdirector del FBI podría enfrentar una pena de hasta cinco años de prisión.
¿Caso aislado o presagio?
Corresponsal para Norteamérica de BBC News
Y ocurrió lo que se esperaba. Menos de una semana después de que Donald Trump publicara en Truth Social un llamado específico para que se investigara a algunos de sus críticos, uno de ellos, James Comey, ha sido imputado formalmente.
No se necesita mucho para atar los cabos, incluso si el Departamento de Justicia de Trump insiste en la existencia de un caso sólido contra el exdirector del FBI y que este es un ejemplo de cómo los poderosos deben rendir cuentas.
Si algo quedaba del otrora sólido muro de contención entre el Departamento y la Casa Blanca, considerado durante mucho tiempo sagrado por presidentes de ambos partidos, ya no existe.
El caso Comey también está a punto de desenterrar el drama, enterrado durante mucho tiempo, de la investigación sobre la intromisión rusa en las elecciones del primer mandato de Trump, a pesar de que los cargos de perjurio y obstrucción, relacionados con el testimonio ante el Congreso sobre una potencial filtración a un medio de comunicación, son bastante tangenciales y de poca monta.
Trump y sus partidarios seguramente van a usar la imputación de Comey como una vía para socavar la credibilidad de la investigación sobre Rusia. Si bien dicha investigación halló amplia evidencia de intentos de intromisión en las elecciones presidenciales de 2016, no arrojó ninguna prueba concreta que vincule directamente a Trump con esos esfuerzos.
A lo mejor, la mayor pregunta que se cierne sobre todo esto es si se trata solo de un evento aislado —una medida que podría apaciguar a un presidente claramente enojado— o si es una señal de que se avecinan más procesamientos.
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