Una botella de champán y una tarjeta con una curiosa leyenda, fue la reacción de Toto Wolff, el capo de Mercedes para con su antiguo empleado, James Vowles, actual director de Williams Racing F1.
Carlos Sainz le acababa de quitar un podio a su joven estrella Kimi Antonelli, que lo necesitaba y bastante después de varias actuaciones discretas en las últimas semanas. Lejos de ser rencoroso, tuvo todo un detalle, con un mensaje de confianza, la que debe tener con alguien que le hacía las estrategias en los siete títulos con Lewis Hamilton y Nico Rosberg, entre 2014 y 2020.
‘LucKy Bastard”, o “Bastardo afortunado”, fue el mensaje que se leía en la felicitación, al lado del espumoso con el que Williams roció luego la foto de familia, pues es muy posible que no tuvieran nada parecido en el hospitality, pues no esperaban celebrar podios este año.
El domingo, en Williams estuvieron perfectos en la estrategia, en dejar aparte a Russell para centrarse en ganar a Antonelli por ritmo y con una parada excelsa de 2,3 segundos para Carlos, que le aseguraba casi el podio, con el ritmazo que impuso luego el español. Una ejecución de 10 que le birlo ese tercero a los de la estrella, y Toto estuvo muy deportivo con ellos, que además son clientes desde hace muchos años en cuanto a los motores y otro tipo de piezas asociadas a la unidad de potencia.