Este jueves, España se jugará la vida ante Grecia si Georgia no ha hecho el favor de derrotar a Bosnia y Herzegovina. Juancho Hernangómez se enfrentará a varios de los que son sus compañeros en el Panathinaikos: Kostas Sloukas, Panagiotis Kalaitzakis, Konstantinos Mitoglou y Alexandros Samodurov. En el equipo ateniense, el ala-pívot español ha alcanzado una importancia que está muy por encima de la que tiene cuando se enfunda la camiseta roja. La selección le necesita y le espera.
La actuación de Juancho en el crucial duelo ante Italia es quizás la peor que se le recuerda con España: se quedó sin anotar en 15:34 minutos, falló los cuatro triples que lanzó, hizo -3 de valoración y mientras estuvo en pista la selección perdió por 22 puntos. En el partido anterior frente a Chipre se había torcido un tobillo y no se había entrenado este lunes, pero Sergio Scariolo dijo que estaba para jugar. Y lo hizo, aunque lejos del nivel que se espera de él.
Antes de este Eurobasket se intuía que para que España llegara a algo en este Eurobasket -no ya a ganarlo, sino a pasar algún cruce- había jugadores que tenían que sostener al equipo: Santi Aldama, Darío Brizuela y los Hernangómez. Juancho, sin embargo, está pasando de puntillas. Hizo 13 puntos y ocho puntos a Georgia en el debut. Su mejor partido, buenas cifras, aunque que no cuadran con su peso en el partido. Sumó ocho puntos ante Bosnia, nueve frente a Chipre antes de torcerse un tobillo y contra Italia se quedó a cero.
Mermado también por ese maltrecho tobillo, el ala-pívot es el tercer jugador que menos minutos tiene en toda la selección: 15,2 de media. Sólo Josep Puerto y Yankuba Sima han estado en pista menos que él. Contrasta en muchos sentidos con su rol en el Panathinaikos, donde la temporada pasada sólo el estelar Kendrick Nunn jugó más que él.
En Atenas, es un jugador fundamental desde un segundo plano. Allí hay muchas estrellas, pero pocos jugadores que hagan un trabajo de intendencia como el suyo: defensa, rebote y 10,0 puntos de media. Desde ahí se hizo un hueco en el segundo mejor quinteto de la Euroliga, lo que le da categoría de estrella continental. La diferencia entre un Juancho y otro es abismal.
En la selección se espera este jueves una versión mejorada de uno de sus puntales, que tendrá enfrente a jugadores que conoce bien como son los griegos. Ya hace tres años asombró con aquellos inolvidables 27 puntos con siete triples en la final después de un torneo en el que tampoco estuvo a su mejor nivel. No es cuestión de acercarse a aquella proeza. Bastaría con abandonar la intrascendencia.