Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión anteriormente, me he plantado delante de esta nueva temporada con una serie de sensaciones encontradas y sin la capacidad de ordenarlas, lo que me produce un estado de desasosiego, de desazón, que me incomoda. En los últimos años, llegadas estas fechas, creía tener las ideas mucho más claras, creía saber lo que podía esperar de este equipo y aguardaba acontecimientos con ilusión, pero también con un notable grado de seguridad. Esa seguridad que el comportamiento del equipo había generado en los últimos tiempos. Es como si sólo se pudiera mejorar de un año para otro, y en el peor de los casos, el equipo se movería en posiciones de competir. Pero esta vez es diferente. Nos despertamos del sueño pasado en medio del aturdimiento, pensando que nada había cambiado, que todo seguía donde estaba, pero con la sospecha de que nos estábamos engañando a nosotros mismos. He seguido con atención los movimientos de los nuevos administradores del legado anterior, intentando hallar las claves que me explicaran por qué derroteros transitaría el equipo a partir de entonces. Debo admitir que hoy es el día en el que conservo muchas dudas, que intento intercambiar por grandes dosis de ilusión, pero sin terminar de autoconvencerme. Esperaba no sé muy bien qué del partido de Montjuic. Siempre es difícil evaluar este tipo de choques por las particularidades del rival. Algo está claro, el equipo supo competir, empleando sus armas para contrarrestar al Barcelona. En la primera parte defendió por acumulación, pero lo hizo con orden y sentido y, ya en la segunda, se soltó un poco más, e intentó explotar las oportunidades que el Barça siempre te brinda. Pero extraer conclusiones definitivas resulta bastante osado. El equipo de Sergio Francisco se comportó bien, e hizo el partido que tenía que hacer; pero la Liga es algo más que el Barça, es mucho más que el Barça, y es ahí donde quiero ver a la Real; quiero saber si este equipo va o viene.
1
La verdad de Álvaro
Pasaron muchas cosas el pasado domingo en Montjuic, pero, sin duda, una de las que más repercusión ha tenido, fue la titularidad Álvaro Odriozola, su gol al Barcelona
y sus declaraciones a la conclusión de del partido. Lo primero fue un hecho sobrevenido por la inesperada lesión de un compañero en el calentamiento. Lo segundo pareció justicia poética con un hombre al que, por diversas razones, se le ha negado prácticamente todo en los últimos meses. Hubo momentos en los que pareció que Odriozola estaba perdido para el fútbol, nada menos. La concatenación de
episodios desafortunados derivaron en una situación casi límite, en la que tienes que ser muy fuerte mentalmente para no dejarte llevar y caer en un auténtico agujero negro emocional. Y lo que más me enerva de toda esta historia, es que Álvaro ha tenido que batallar con una muralla levantada sobre absurdos prejuicios , que lo condenaban a quedarse fuera. Me viene a la mente algún ilustre precedente con algunas semejanzas, pero del que más vale no hablar; tal vez haya prescrito. Pero Álvaro no ha prescrito, sigue aquí, entre nosotros, defendiendo el escudo del club de su vida, contra viento y marea. Bienvenido Álvaro, aunque realmente nunca te fuiste.
2
Remiro, Remiro y otra vez Remiro
Era como una suerte de mantra, al que los narradores del partido del pasado sábado en Montjuic parecían condenados. La figura omnipresente de Álex Remiro se cruzaba una y otra vez, inexorablemente, en el camino de los futbolistas del Barcelona. La actuación del meta realista fue de tal magnitud, que llegó a robar los titulares del post
partido a los jugadores locales. ¿Alguien lo dudaba? Remiro sigue ahí.
3
Barrene, sesión continua
Que Ander Barrenetxea era un gran futbolista es algo que todos teníamos meridianamente claro. Es uno de esos jugadores que, además de sumar para el grupo, marca las diferencias por sus particulares características. Pero, hasta ahora no habíamos disfrutado de un Barrenetxea en continuidad. Su trayectoria siempre estaba salpicada de interrupciones. Este año parece que, por fin disfrutaremos de una sesión continua.