José Pérez Adán es conocido, además de por su numerosa producción como catedrático de Sociología, por haber llevado a la práctica sus tesis comunitaristas con la puesta en marcha de la universidad de la que es rector, ULIA, Universidad Libre de las Américas, que en lo formal se define por la gratuidad y en lo ideológico por la defensa de la vida. Nos presenta el IV Congreso de Homeschooling con una afirmación categórica -que alguno podría tildar incluso de radical, si no conociera el pacífico carácter de este cartagenero afincado desde hace muchas décadas en Valencia: «La educación formal, la de los títulos oficiales, yo creo que tiene los días contados, y para bien. Me refiero a que, en muchos casos, el valor no está en el certificado. Si alguien se presenta a un trabajo, lo lógico es comprobar si sabe hacerlo: si demuestra competencia, se le contrata; si no, no. No hace falta que el Estado le dé un título, porque llegará un momento en que dejará de tener validez. Y eso, en cierto modo, me alegra».
¿Cómo garantizar, en profesiones como la medicina o la ingeniería, los conocimientos necesarios para no poner en peligro la vida o la seguridad?
Es indispensable garantizar que la persona que atiende la salud tenga los conocimientos necesarios. Lo mismo con un ingeniero: imagínate que firmase una obra sin la formación adecuada. Alguien debe certificar su capacidad. Pero ese aval, en vez de darlo el Estado, podría darlo el propio gremio: sus colegas, su colegio profesional. Eso ya ocurre en algunos países con la abogacía, donde existe el examen para ejercer.
La clave no está en el papel, sino en las prácticas: en demostrar lo que sabes hacer y en ser admitido por tus compañeros de profesión. Ellos son quienes deben valorar si un nuevo miembro es competente y no va a desprestigiar el oficio. Porque un título, hoy en día, ya no garantiza nada: se puede comprar, se puede falsear, incluso se puede generar con inteligencia artificial. Es posible “engañar” al sistema, pero no se engaña a los colegas ni al cliente cuando se enfrenta a la práctica real.
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Un título, hoy en día, ya no garantiza nada. Son los compañeros de profesión quienes deben valorar la competencia. En la práctica real es donde no se engaña a los colegas ni al cliente
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¿Influye en su diagnóstico la forma como las nuevas generaciones acceden al conocimiento?
Las nuevas generaciones aprenden de otra manera. Ya no necesitan que todo se les enseñe de forma rígida: con las pantallas y los recursos digitales aprenden solos muchas cosas. Los títulos, en ese sentido, se convierten más en una imposición que en un verdadero reflejo del saber.
Al final, ¿quién debe definir la validez de un título? Los expertos, los profesionales, los iguales. Son ellos quienes deberían fijar los programas de las universidades y garantizar que ese título responda a una formación real. En el fondo, es un sistema de garantía para el consumidor: quien acude a un médico o a un abogado paga un servicio y espera que ese título avale un conocimiento real.
El problema es cuando ese papel se queda vacío. Porque la verdadera habilidad, la que distingue a un buen profesional, va mucho más allá del diploma. Hay toda una sumisión a la potestad burocrática que da miedo. Es como si todos fuésemos ilegales sin papeles mientras no tuviésemos una constancia del Estado que nos permitiese vivir. Como si el carecer de DNI supusiese que no has nacido o que estás muerto. La experiencia del delito y su vigilancia hace necesario que tengamos DNI (lo cual, dicho sea de paso, no ocurre en algunos países avanzados, que no lo exigen). Pero de ello no se deriva que la instancia que te da, o te roba algo a cambio, según se mire, del DNI, tenga que ser la misma que te legaliza el ejercicio de cualquier responsabilidad laboral, y, concretamente, tu capacidad para desempeñarte en el mercado laboral como un profesional.
El Estado no es quien para verificar los conocimientos de la gente y, menos aún, de modo obligatorio. Por eso creo que la libertad educativa, como la libertad religiosa, la de expresión, y otras libertades, es una libertad básica. Ahí no puede haber obligatoriedad para nada.
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El Estado no es quién para verificar los conocimientos de modo obligatorio. La libertad educativa es básica y ahí no puede haber obligatoriedad
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¿Piensa en una ruptura drástica para pasar de la burocracia y la obligatoriedad a una enseñanza libre?
No soy partidario de revoluciones bruscas. Opino que el paso de una burocracia estamental obligatoria a otra libre ha de realizarse poco a poco. Me parece que un primer paso puede ser la legalización del Homeschooling, incluyendo las garantías que pueda dar la inspección para garantizar el derecho a la educación de todo sujeto humano.
Lamentablemente en nuestro país, como en muchas otras cosas, caminamos en sentido contrario, que es el de la imposición burocrática desde los estamentos del poder, que confunde la igualdad con la uniformización. Ello va en contra de los criterios de gobernanza más avanzados que apuntan al empoderamiento de la sociedad civil y al pluralismo. Donde la autogestión es posible y eficaz en la base, no hace falta que intervengan otras instancias desde las alturas. Aparte de que el control burocrático se hace insostenible económicamente. Cuando se multiplican sus competencias, se genera un clima de sumisión que paraliza a la sociedad con merma de libertad e iniciativa.
Hay en este campo una oportunidad de ponerse a la cabeza de las libertades educativas en Europa. Hay países, como Francia, con matices, y Noruega, que persiguen, multan, y encarcelan a los padres que no matriculan a sus hijos en los colegios autorizados por el gobierno, y otros, como Dinamarca, Lituania y, en general, los países del Este, que saben lo que es la tiranía porque la han sufrido durante mucho tiempo, donde la escolarización en el hogar está permitida.
José Pérez Adán, rector de ULIA.
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En los países del Este que han sufrido durante mucho tiempo la tiranía, la escolarización en el hogar está permitida
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Homeschooling: Un Movimiento que Busca Legitimidad
El IV Congreso «Por la Libertad: Hacia el reconocimiento del homeschooling como opción educativa» se caracteriza por un enfoque multidisciplinar para articular un discurso sólido desde diversas áreas del saber.
- Análisis Jurídico: La mesa redonda sobre el marco legal es el núcleo del congreso. Nombres como Jose María Martí Sánchez (Decano de Derecho de la UCLM en Albacete) o David Delgado Ramos (Derecho Constitucional, UNED) indican una búsqueda de encaje constitucional. El testimonio de la abogada y madre Amaya Cáceres es clave, pues pone rostro a la «realidad jurídica» de inseguridad que viven las familias ante el Homeschooling (sobre lo que escribe en su propia web). Su objetivo es claro: pasar de la alegalidad a un reconocimiento pleno de derechos.
- Análisis Pedagógico y Social: Se abordan las grandes preocupaciones: ¿están bien socializados los niños? ¿Cómo es su bienestar socioemocional? La participación de psicólogas de la UNED y la Saint Louis University de Madrid responde con datos y estudios empíricos, no solo con ideología.
- Visión Antropológica y Política: La conferencia inaugural de Higinio Marín (Rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera) y las ponencias sobre la identidad personal o «el fin de la modernidad» elevan el debate a una cuestión de principios: ¿Qué modelo de persona y de sociedad queremos? Se critica un Estado que, en su afán de garantizar la igualdad, acaba por imponer una uniformidad que anula la iniciativa personal. El homeschooling en España ha superado la fase de ser un fenómeno marginal para convertirse en un movimiento social organizado que reclama un espacio en el ordenamiento jurídico. Busca legitimidad académica, solidez legal y respuestas a las objeciones pedagógicas.
Página web de la Saint Louis University-Madrid.
La oferta de ULIA para 2026
La Universidad Libre de las Américas (ULIA) ya ha abierto el plazo de inscripción para el curso académico que comienza el 1 de enero, con su mayor oferta hasta la fecha: 32 programas operativos entre los que se incluyen novedades como un Curso Introductorio de Prompting para el manejo de IA y, entre los más consolidados, el Bienio Propedéutico de Filosofía, la Maestría en Educación de la Sexualidad y defensa de la Vida, la Diplomatura en Afectividad y Autoconocimiento y el Curso de Experto en Prevención de Adicciones.
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