El otoño no sólo trae consigo el cambio de armario: también es la época del año en la que la caída del cabello preocupa a millones de personas. Aunque se trata de un proceso natural y estacional, el doctor Javier de Felipe, experto en tricología y salud capilar, advierte que una mala alimentación y el estrés pueden agravar la pérdida de pelo. La buena noticia: “Lo que ponemos en el plato puede marcar la diferencia”, señala el especialista.
La dieta, clave en la caída estacional del cabello
La caída estacional del cabello es un fenómeno común en los meses de septiembre, octubre y noviembre. “No es lo mismo una caída transitoria, que puede revertirse con hábitos saludables, que una alopecia en la que el folículo ya ha cicatrizado y no volverá a producir cabello. Por eso es importante identificar la causa y reforzar nuestro organismo en esta etapa del año”, subraya el Dr. de Felipe.
Los 9 superalimentos del pelo según el Dr. de Felipe
- Espinacas y otras verduras de hoja verde: hierro, ácido fólico y vitamina C para oxigenar el cuero cabelludo y nutrir el folículo.
- Yogur natural y leche: el calcio ayuda a que el pelo no se rompa y conserve su fuerza.
- Pescado azul (salmón, caballa, sardina…): rico en omega 3 y vitamina D, aporta brillo y elasticidad.
- Huevos: contienen biotina, esencial para un cabello denso, fuerte y resistente.
- Frutos secos y semillas: magnesio, zinc y proteínas vegetales que favorecen la salud capilar y reducen la caída.
- Frutos rojos: antioxidantes que protegen al folículo del daño oxidativo.
- Legumbres (lentejas, garbanzos, alubias…): proteínas vegetales y zinc que refuerzan la raíz.
- Aguacate: rico en vitamina E y grasas saludables que hidratan desde dentro.
- Cereales integrales: fuente de vitaminas del grupo B, esenciales para el crecimiento capilar.
En cambio, hay alimentos que conviene limitar:
- Azúcares refinados y bollería industrial, que favorecen la inflamación y debilitan el folículo.
- Alcohol en exceso, que reduce la absorción de nutrientes clave como el zinc o la biotina.
- Comida ultraprocesada y fritos, pobres en vitaminas y minerales esenciales para la salud capilar.
“El cabello necesita combustible de calidad. Cuanto más equilibrada y rica en nutrientes sea la dieta, mejor resistirá la caída estacional”, apunta el Dr. de Felipe.
Hábitos que pueden marcar la diferencia
Además de la alimentación, el Dr. de Felipe recuerda que hay pequeños gestos diarios que ayudan a reducir la caída estacional del cabello:
- Mantener rutinas de sueño reparadoras para reducir el impacto del estrés en el ciclo capilar.
- Complementar la alimentación con productos específicos de farmacia cuando se detecten déficits vitamínicos.
- Consultar a un especialista si la caída es muy abundante o prolongada en el tiempo.
- Evitar el uso excesivo de gominas, lacas o espumas fijadoras, que resecan y debilitan la fibra capilar.
- No abusar de planchas y secadores a altas temperaturas.
- Cepillar el pelo con suavidad y usar peines de púas anchas para no partirlo.
- Apostar por recogidos sueltos en lugar de peinados muy tirantes que rompen el cabello.
- Mantener el cuero cabelludo limpio y libre de grasa para favorecer la oxigenación de los folículos.
“El otoño no tiene por qué ser sinónimo de perder el pelo”, asegura el Dr. de Felipe. “Con una alimentación equilibrada y buenos hábitos, podemos frenar la caída estacional y mejorar el aspecto y la calidad del cabello. La clave está en nutrirlo desde dentro” concluye el doctor.