A pocos días de que comience el curso, Save the Children recuerda que la tasa de abandono temprano –el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que ha dejado los estudios sin haber obtenido al menos un título de Bachillerato o de FP– todavía ronda el 13% y apenas ha mejorado un 0,3% desde 2021. La asignación de recursos a las familias en vulnerabilidad, la promoción de la formación del profesorado en educación inclusiva o la reducción de la repetición del curso a casos muy excepcionales (como cuando se da un retraso madurativo significativo, ausencias prolongadas por motivos médicos o personales o dificultades graves de aprendizaje no superadas con refuerzo) son algunas de las propuestas de esta ONG por la infancia.
Además recuerda que la población migrante es la que tiene las tasas de abandono escolar más elevadas, por lo que insta a implantar medidas que frenen la segregación escolar, «evitando criterios de admisión potencialmente excluyentes, garantizando la gratuidad de todos los centros sostenidos con fondos públicos y ofreciendo información fiable sobre los procesos de admisión a las familias más vulnerables». «Hay comunidades donde el abandono está por debajo de la media europea, Euskadi y Cantabria, con un 5% y 5,5%, respectivamente, mientras que en Baleares, con un 20,1%, o Murcia, con un 18%, presentan las tasas más altas», recuerda la directora de Influencia y Desarrollo Territorial de Save the Children, Catalina Perazzo, en un comunicado.
A pesar de la evolución positiva de la tasa de abandono, España sigue por encima de la media de los países de la Unión Europea, que es del 9,5%.
Más de 2,7 millones de niños españoles afrontan la vuelta al cole en riesgo de pobreza
En una nota de prensa, Aldeas Infantiles SOS ha subrayado que el inicio del curso supone en España un gasto medio de 422 euros por estudiante, lo que representa «un enorme desafío para las familias en situación de vulnerabilidad». Estos 422 euros suponen una subida del 1,6% respecto al curso anterior y baten, según la organización, un nuevo récord.
En opinión de Aldeas Infantiles la subida se debe al encarecimiento de los libros de texto y de los uniformes, pero también al auge de nuevos formatos como libros digitales o licencias mixtas, lo que evidencia la brecha tecnológica en el aprendizaje de los niños más vulnerables. A todo ello, dice la organización, se suma la falta de conectividad y accesos a dispositivos digitales en algunos hogares y los problemas para conciliar vida familiar y laboral.
En muchas ocasiones, estos niños no pueden acceder a las actividades extraescolares, deportivas, culturales o sociales, lo que les sitúa en una situación de desventaja y dificulta su integración social. Y todo ello repercute en resultados más bajos en los estudios, mayores tasas de absentismo y abandono escolar temprano con una alta probabilidad de repetir curso. Aldeas Infantiles SOS proporciona libros, ropa y material escolar a familias en sus 32 centros de día ubicados en las comunidades de Cataluña, Galicia, Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón, Canarias, Comunidad Valenciana, Asturias y Baleares.
Según datos de la organización, Aldeas Infantiles SOS facilita apoyo durante todo el año a 4.562 niños y 1.680 familias. También suministra, en las situaciones más críticas, alimentos, ya sea de manera directa, mediante ayudas económicas o a través de comedores disponibles en varios de sus centros de día, así como artículos de primera necesidad. Y presta ayuda en el acceso a la educación de 0 a 3 años a niños en situación de vulnerabilidad en sus cinco centros de Educación Infantil.