Silva contextualizó el origen del conflicto: «Estamos ante una demanda de subida salarial de los sindicatos docentes», quienes reivindican una adecuación retributiva «retrotraída hasta nada menos que 17 años atrás». Según explicó, el Gobierno cántabro «por primera vez» accedió a negociar, aceptando «una subida salarial lineal y no condicionada de más 180 euros al mes [la negociación comenzó con una subida de 90€]», lo que situaría a un maestro en los 2.797 euros brutos mensuales y a un profesor de instituto en 3.112 euros.
“Un conflicto sin precedentes”
El consejero detalló que se han necesitado «diez meses para ponernos de acuerdo» en cuantías y plazos. La implementación se haría en cinco años, con un impacto presupuestario de 35 millones de euros. Pero el obstáculo central sigue siendo la necesidad de que exista «disponibilidad presupuestaria».
«Somos un Gobierno en minoría», recordó Silva, y subrayó que no pueden aprobar los presupuestos sin el respaldo del Parlamento. «No podemos dar lo que no tenemos», sentenció. En este sentido, avanzó que el Ejecutivo incluirá la subida salarial en el proyecto de presupuestos, pero «no la podemos implementar si no tenemos recursos».
Frente a la acusación sindical de que ese condicionante presupuestario tiene una naturaleza política, Silva replicó: «Lo incluimos porque nos lo exigen» y porque «estaba desde el principio en las propuestas, desde el 7 de febrero». Por eso, consideró contradictorio que los mismos sindicatos que piden retirar esa cláusula hayan convocado cinco días de huelga «justo la semana en la que se abre la negociación de los presupuestos».
El consejero quiso además lanzar una propuesta directa a la mesa sindical: ofreció a los representantes docentes que redacten ellos mismos una fórmula de acuerdo alternativa, inspirándose en modelos pactados en otras comunidades autónomas. «Si creen que hay una redacción alternativa mejor, como la utilizada en Andalucía, que la propongan», señaló. De hecho, aseguró que el Gobierno cántabro «estaría dispuesto a aceptar una propuesta similar a la que los sindicatos han acordado con la Consejería en Andalucía» , siempre que recoja el principio de responsabilidad presupuestaria.
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Estamos dispuestos a aceptar una propuesta como la que los sindicatos han acordado en Andalucía
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Pantallas, móviles y digitalización gradual
Más allá del desencuentro sindical, la entrevista abordó algunas de las líneas estratégicas de la Consejería, especialmente en torno a la digitalización educativa. Silva defendió la decisión tomada en diciembre de 2023 de «no repartir pantallas digitales interactivas en Educación Infantil y primer ciclo de Primaria», una medida que respondía a la preocupación por la «sobreexposición de los jóvenes al entorno digital».
«No enviamos más recursos de ese tipo a los centros», aclaró, al tiempo que explicó la implantación progresiva del plan Cantabria Digital, que regula la introducción tecnológica con gradualidad. Esta estrategia se complementa con una orden reguladora que establece los centros educativos como «espacios libres de uso de móviles». En Infantil y Primaria no deben llevarse al centro; en Secundaria, solo pueden usarse con fines pedagógicos.
«La exposición a las pantallas está retrasando su aprendizaje» , advirtió Silva, citando consecuencias como la afectación de la atención, la psicomotricidad fina o el control inhibitorio. Además, alertó de los efectos en adolescentes, con cambios en la forma de relacionarse y en la percepción corporal.
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La exposición a las pantallas está retrasando el aprendizaje de los más pequeños
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“Un solo caso de acoso escolar es un fracaso para todos”
La entrevista también tocó la preocupación creciente por el bienestar emocional del alumnado. Silva subrayó que «si no hay salud en el sentido de bienestar, no puede haber educación», y adelantó que el próximo Congreso de Educación de Cantabria se centrará en la convivencia escolar y la salud mental.
A propósito del caso de Antonio, el alumno con parálisis cerebral agredido por compañeros del instituto Torres Quevedo, el consejero admitió que fue «un caso paradigmático» que se gestionó con protocolos ágiles y derivación judicial. Insistió en que «Cantabria tiene un buen clima de convivencia», pero cualquier caso de acoso debe considerarse como «un fracaso para todos».
Silva adelantó también que en el último trimestre del año se llevará al Parlamento la futura ley de autoridad del profesorado y de convivencia, al considerar que «el profesor forma parte principal de este asunto».
La FB Básica no debería percibirse como una “pasarela residual”
En el tramo final de la charla, el consejero abordó otro de los temas clave de su mandato: la Formación Profesional. Aunque reconoció que «va bien y debemos seguir cuidando» este ámbito, mostró su preocupación por la situación de la FP Básica, especialmente por su alta tasa de abandono educativo.
«La Básica tiene unas razones históricas de por qué está en esta situación», señaló, lamentando que haya sido percibida como una «pasarela residual». A su juicio, debe entenderse como «la entrada a un itinerario educativo profesionalizador», y reclamó una mayor implantación y equilibrio en la oferta formativa.
«La Básica nos debe servir para ir a un ciclo medio, y este, a su vez, al superior», defendió, reclamando también un profesorado «estable y comprometido con la enseñanza de Formación Profesional» para garantizar el éxito de esta etapa.