Lejos de ser un obstáculo, un trámite o un freno al desarrollo, como por desgracia se percibe «en demasiadas ocasiones», su trabajo al anticipar, evaluar y mitigar los impactos que pueden tener sobre restos arqueológicos las obras públicas, las urbanizaciones o los parques eólicos es «una de las herramientas más eficaces para la protección del patrimonio cultural en Europa». Así lo defienden cinco asociaciones profesionales de España, Italia, Portugal, Francia y Alemania en el ‘Manifiesto europeo por la Arqueología Preventiva y su reconocimiento profesional‘, que han firmado este viernes en el Museo Arqueológico Nacional (MAN).
«Esta práctica es una oportunidad para integrar el pasado en la planificación del presente y del futuro, asegurando que la memoria colectiva se preserve y se transmita a las generaciones venideras», señala el documento suscrito por la Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA), la Confederazione Italiana Archeologi (CIA), el STARQ-Sindicato dos Trabalhadores de Arqueología, la Fédération des Métiers de l’Archéologie Preventive (FEMAP) y la ClfA Deutschland.
Tanto el Convenio Europeo para la Protección del Patrimonio Arqueológico firmado en La Valeta en 1992, como el Convenio Marco sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad de Faro (2005) y diversas políticas europeas han respaldado el trabajo de la arqueología preventiva, pero los profesionales denuncian que «su práctica en Europa sigue marcada por la precariedad laboral, la fragmentación legislativa y la falta de reconocimiento social».
Aseguran que enfrentan «contratos temporales, salarios bajos en relación con su cualificación, movilidad forzada, ausencia de garantías plenas en materia de seguridad y salud laboral, y una creciente presión derivada de la dependencia estructural del sector de la construcción», cuando su trabajo «es una inversión en identidad, sostenibilidad y cohesión social».
Por eso, reclaman que la arqueología preventiva se consolide como «una actividad esencial de interés público, con estándares de formación, práctica y ética comunes en toda Europa», con garantías laborales y condiciones de trabajo «decentes, estables y seguras» y salarios «justos y acordes» con su nivel de responsabilidad. Las precarias condiciones laborales han expulsado del sector a muchos jóvenes, que no pudieron aguantar la crisis económica de 2008 o la pandemia del Covid, y hoy preocupa la «falta de relevo», según han constatado varios asistentes a las jornadas ‘Creando redes europeas en la arqueología profesional‘ que se están celebrando en el MAN.
Ángeles Albert, durante la mesa redonda
«Esperamos que se apruebe el Plan Nacional de Arqueología en el Consejo del Patrimonio de octubre»
Ángeles Albert, directora general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, ha expresado su esperanza en que el próximo Consejo del Patrimonio Histórico que se reunirá en octubre en Roma -«o el siguiente»- dé luz verde al Plan Nacional de Arqueología. «Lo que queremos es que se apruebe por consenso», resaltó Albert en una mesa redonda con técnicos representantes de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cantabria y el País Vasco en la que se constató la necesidad de una homologación en España, ante las diferentes normativas y reglamentos. La directora general de Patrimonio recordó que el documento elaborado durante dos años con aportaciones de todas las comunidades autónomas «no es de obligado cumplimiento, sino un instrumento para ayudar y colaborar con todas las administraciones con competencias en arqueología, en buscar procedimientos normalizadores, en reivindicar la necesidad de tener la profesión de una forma adecuada en el ordenamiento político, administrativo y legal en todos los campos». Tanto Albert como el resto de ponentes reivindicaron la necesaria especialización que impida que un farmacéutico pueda acceder a una plaza de arqueólogo por oposición o promoción interna, como aún puede suceder, o en la posibilidad de crear un repositorio público donde se den a conocer los resultados de las investigaciones arqueológicas. La directora general de Patrimonio también alzó la voz ante la proliferación de las energías renovables, «que están afectando a una gran parte del patrimonio y el paisaje cultural». «Tenemos que aliarnos rápidamente» porque «ese equilibrio hay que hacerlo con cuidado y con tacto»
Desde la PEPA y el resto de asociaciones europeas que han firmado el manifiesto resaltan que la arqueología no se limita al trabajo de campo. «Abarca muchas actividades más allá» (procesado de materiales, inventarios, analíticas, memorias, publicaciones, difusión…) que «son esenciales para el cumplimiento de nuestro deber científico» y que se deben garantizar. Abogan por un marco legislativo europeo común, que asegure la aplicación real de los convenios de La Valeta y Faro, más allá de particularidades nacionales.
«Este manifiesto llama a instituciones europeas, administraciones nacionales y regionales, asociaciones profesionales y ciudadanía a un compromiso firme: situar la arqueología preventiva en el lugar que le corresponde, como un derecho cultural, una responsabilidad pública y un ámbito profesional digno», finaliza el escrito que han firmado Julien Denis y Florien Leprêtre (FEMAP), Alessandro Pintucci (CIA), Regis Barbosa y Raquel Gonzaga (Starq) y Sascha Piffko (Clfa), al término de la mesa redonda moderada por Jaime Almansa, de la PEPA.
Solo con un reconocimiento profesional, laboral, legislativo y social a la arqueología preventiva, se garantizará que cumpla su función de «proteger el pasado para que el futuro de Europa se construya sobre bases más justas, sostenibles y conscientes de su historia», aseguran.
La firma de este manifiesto ha puesto el broche final a las jornadas coorganizadas por el MAN y la PEPA en las que han participado responsables de Cultura y asesores de otros ministerios (Trabajo, Inclusión y Seguridad Social), representantes de diversas comunidades autónomas y responsables de otras asociaciones, además de arqueólogos.
Con este encuentro culmina el proyecto ‘Creando redes europeas en la arqueología profesional’, impulsado por la PEPA, que ha contado con la financiación del Ministerio de Cultura y la colaboración del MAN, el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, la Diputación Foral de Álava, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el Colegio Profesional de Arqueología de Madrid, la Región de Murcia y la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria.
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