El Gran Teatro del Liceo inaugura temporada el próximo lunes con una ópera poco habitual que se vio en Barcelona por última vez hace casi un cuarto de siglo: ‘La zorrita astuta‘, del checo Leos Janacek, estrenada en 1924. La … obra se basa en un cuento popular y su música evoca el folclore, pero el mensaje que da es plenamente universal y contemporáneo: explora la relación entre los seres humanos y la naturaleza y, por el camino, se propone ahondar también en la eterna cuestión sobre qué es lo que nos define como humanos. Sin ánimo de destripar el relato, al final no queda muy claro si es el amor o si es el instinto de destruirnos entre nosotros y destruir el resto del planeta.
Con intención de dar empaque a este inicio de temporada, el elenco y la dirección del teatro se desplazaron al barcelonés parque de La Guineueta (‘zorrita’, en catalán), para ofrecer la rueda de prensa de presentación del espectáculo. El Liceo, además, ha cedido doscientas invitaciones al ensayo general a los habitantes del barrio y la sintonía es tan buena que la asociación de vecinos de Prosperitat, una de las más activas y reivindicativas de la Barcelona de la Transición, incluso prestó mesas y sillas para acomodar a los periodistas y los técnicos. Lo que es la vida: donde antaño reinaba el enfrentamiento entre las clases populares del extrarradio y las élites burguesas del Liceo, ahora hay concordia… gracias a la ópera de un compositor checo.
Para esta producción del Liceo se presenta en Barcelona la puesta en escena de Barrie Kosky, que evita lugares comunes como pintar el bosque de verde o disfrazar como animales a los cantantes con máscaras. «Es una representación simbólica en la que los animales van vestidos de colores, mientras que los humanos van de negro», explica el director artístico del coliseo, Víctor García de Gomar. El repositor del montaje, Andreas Weirich, explicita: «Buscamos el naturalismo, pero desde un mundo mágico, en un bosque que recuerda a Shakespeare, donde puede haber sueños y pesadillas».
Elena Tsallagova, que encarnará a la protagonista en el Liceo, asegura que «es una producción muy atractiva, en la que el público que asista a las funciones se encontrará en un mundo muy diferente». Para ella, ‘La zorrita astuta’ «es una ópera muy sofisticada y al mismo tiempo muy accesible, un regalo para la audiencia». La historia es razonablemente sencilla: una zorra es criada en cautividad por un guardabosques enamorado de una bella joven. El animal huye de su prisión para ir a caer en las manos de un cazador que se acaba casando con la joven a la que el guardabosques pretendía.
Sobre esta base, encontramos un desfile de fauna del bosque y de tipos humanos que dan a esta partitura un sabor muy especial. Janacek rehúye la presentación más o menos tradicional de las óperas con sus arias y sus diálogos, y se centra en presentar escenas que se suceden con un ritmo imparable. «Es una gran manera de entrar a la ópera para personas que no han visto nunca ninguna», afirma otra de las protagonistas de la producción, Paula Murrihy, quien encarna al zorro con quien la protagonista tiene una camada de 39 cachorros. Estos pequeños son representados por el coro infantil del Orfeó Català, que ha sorprendido muy gratamente a Tsallagova, su madre en la ficción: «Da gusto ver a personas tan jóvenes que se comportan con tanta profesionalidad y están tan implicadas en las funciones, su entusiasmo es contagioso».
Por lo que respecta a la música, oscila entre el folklorismo nacional propio de finales del siglo XIX y principios del XX, en que podríamos enmarcar, por ejemplo, a nuestro Manuel de Falla, y una muy prudente atracción por las vanguardias, de las que Janacek se limita a recoger lo que mejor sirve a sus propósitos y a su estética. El director musical, Josep Pons, no duda en aseverar con rotundidad que «Janacek es un genio, en el terreno de la instrumentación y en la búsqueda de colores orquestales».
A pesar de todo, y aun tratándose de la inauguración de la temporada, las entradas para una ópera de Janacek son más difíciles de vender que las de un Wagner, un Verdi o un Puccini. Es una buena ocasión para comprarlas a última hora, ya que quedan disponibles muchas más de lo que es habitual a pocos días del inicio de las funciones. Además, están a mitad de precio para celebrar que este año se cumplen veinticinco del inicio del programa infantil y familiar del Liceo (conocido como ‘Petit Liceu‘): al cierre de esta edición, quedan localidades con visibilidad más que razonable a menos de treinta euros. Esta ópera de Janacek obra milagros.