El Museo de América avanza en su anunciado proceso de descolonización. Esta semana inaugura una nueva línea de exposiciones temporales, en sintonía con la política que Ernest Urtasun impuso al llegar al Ministerio de Cultura. El programa comienza con varias muestras que podrán … visitarse entre septiembre y noviembre, entre ellas una organizada junto a la Embajada de Colombia sobre el tesoro Quimbaya, convertido ya en emblema del debate descolonizador.
El museo define la iniciativa como una «diversificación» de su colección permanente, dentro del «proceso de apertura y transformación» que dirige Andrés Gutiérrez Usillos, máximo responsable del museo. La idea es dar voz a comunidades históricamente marginadas y convertir el centro en un «laboratorio» donde las piezas, miradas desde un «prisma decolonial y no eurocéntrico», planteen nuevas preguntas y multipliquen las lecturas posibles y hagan más «plural, dinámico y multilineal» el discurso de la pinacoteca.
Estas «intervenciones» convivirán con la exposición permanente. La primera lleva por título ‘Tiempos subvertidos. Interferencias en el espacio/tiempo del museo’. Los artistas, según la nota de prensa, buscan «revisar relatos y representaciones del pasado» y rescatar voces silenciadas, pues hay «voces y cuerpos que a lo largo del tiempo se han visto silenciados». Cómo cristaliza esta idea se verá el sábado por la mañana (ahí, conciliando), cuando el museo ha organizado su presentación.
El calendario inicial incluye cuatro muestras más: ‘Archivo Von Humboldt. Madrid. Gesto Pacífico’ (16 de octubre), ‘Pensar bonito: diálogos para rehabilitar la tierra’ (23 de octubre), ‘Oro y Coca’ (21-24 octubre) y ‘Memorias del vestuario para un futuro diverso (6 de noviembre). ‘Oro y Coca’ abordará la situación del tesoro Quimbaya, un conjunto de 122 piezas de oro y cobre que Colombia regaló a España en 1893 y cuya restitución reclama desde hace décadas. Sumar, el partido de Urtasun, defendió a principios de legislatura la devolución del tesoro, aunque el propio ministro debió admitir después que no hay dudas sobre la legalidad de la donación.
El asunto no es nuevo. En junio del año pasado, una muestra temporal del museo sostuvo que la colección estaba «retenida» en Madrid y que España se negaba a «acatar» una sentencia de la Corte Suprema colombiana que ordenaba su repatriación. El museo se curó en salud acompañando estas afirmaciones de una cartela que aclaraba que la visión de los artistas no reflejaba necesariamente la posición institucional. Al menos doce informes en manos de Cultura sostienen que la donación del tesoro fue legal.
La descolonización en los museos consiste en revisar y transformar las colecciones y narrativas bajo la premisa de que provienen del colonialismo europeo, donde se pudieron acumular objetos expoliados o adquiridos en contextos de desigualdad de poder. No consiste solo en el debate de devolver piezas –como plantean con el tesoro Quimbaya –, sino que busca recontextualizar exposiciones, visibilizar perspectivas de comunidades indígenas y marginadas, y fomentar diálogos inclusivos para superar «visiones eurocéntricas o etnocéntricas».
Urtasun anunció nada más llegar al Ministerio de Cultura que impondría esta línea de trabajo a los museos españoles, y el Museo de América –el más afectado por el origen de sus colecciones– está siendo el alumno más aplicado. Hace unos meses retiró a los depósitos sus momias peruanas –curiosamente expuestas junto al tesoro Quimbaya–, y prevé licitar en las próximas semanas una nueva museografía diseñada por un grupo de expertos elegidos directamente por el ministerio.
En una respuesta parlamentaria a Vox, Cultura informó de que ya están redactados los informes para actualizar tanto el Museo de América como el de Antropología. Actualmente se preparan los anteproyectos de renovación de sus exposiciones permanentes. Una vez concluidos, se iniciará la licitación del proyecto básico que fijará las actuaciones museográficas y, por fin, se sabrá cuánto costará la factura de la renovación.