14/09/2025
Actualizado a las 08:10h.
El coro de voces que Fernando Belzunce ha reunido en ‘Periodistas en tiempos de oscuridad’ (Ariel) es apabullante. Directores de los periódicos más influyentes del mundo, exdirectores, reporteros, editores, investigadores, gurús, premios Nobel, ganadores del Pulitzer… Todo lo que se puede decir del periodismo –el que fue, el que es y el que será– aparece condensado en estas páginas.
Se nos dice que el oficio ya no es lo que era, pero también que nunca hubo tiempos tan estimulantes; que las amenazas son cada vez más serias, pero que nunca existieron tantos recursos para afrontarlas; que el periodismo, en definitiva, sigue mereciendo la pena. Alguien debía contarlo.
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Editorial:
Ariel -
Páginas:
464 -
Precio:
20,90 euros.
Belzunce, director general editorial de Vocento, ha entrevistado a más de un centenar de colegas de decenas de países y ha vertebrado sus respuestas en relatos en primera persona, inspirándose en el estilo de Svetlana Alexiévich. La Nobel bielorrusa, la primera periodista en ganarlo en la categoría de Literatura, es precisamente una de las entrevistadas. «Para mí es muy importante el periodismo, sobre todo ahora, en estos tiempos oscuros –reflexiona–. Creo que los periodistas son los que luchan y salvan la democracia».
«Nuestro rol nunca será tan importante como cuando se produce una amenaza a la democracia», añade Martin Baron, el hombre de los 18 Pulitzer, cuatrocientas páginas más adelante.
Entre estos dos testimonios –los que abren y cierran el libro, con el permiso del prólogo de Sergio Ramírez, otro gigante–, se cuelan historias de todo tipo. Como la de Wahida Faizi, periodista afgana obligada a huir del país: «Los talibanes querían matarme. Me llegaron peticiones de que me detuviera. Mucha gente me advertía de que me querían matar». O la de Adam Michnik, director de ‘Gazeta Wyborcza’ (Polonia): «Mi periódico afronta un sinfín de demandas judiciales por parte del Gobierno, pero todavía hay muchos jueces que son jueces de verdad, y solemos ganar los juicios. Nuestra única obligación es defender la verdad y la libertad».
¿Merece la pena correr estos riesgos?, plantea Belzunce. «Desde el momento en que un tribunal me llama para que declare, compensa», responde la reportera Mónica García Prieto, pareja de Javier Espinosa, que estuvo seis meses secuestrado por el Estado Islámico.
«Me parece muy apasionante lo que pasa cuando los países se ponen al límite», dice Catalina Gómez, corresponsal de guerra –«no me gusta el término»– en Ucrania. José Gabriel Mujika, director de ‘El Diario Vasco’ en los años más violentos de ETA, comenta: «Ahora se cuestiona el sentido del periodismo, se mezclan ideas y se generan dudas. A pesar del peligro y la angustia, seguir haciendo el periódico y defender las libertades en Euskadi nos dio fuerza».
El libro se organiza en distintos bloques. En ‘Periodismo y democracia’, por ejemplo, aparecen voces como las de Zaffar Abbas (Pakistán), Kim Thandar (Birmania) o Nacho Cardero (España). ¿Por qué hay tanto político interesado en atacar a los medios independientes? Zaffar Abbas, director de ‘Dawn’, fue agredido por informar sobre la persecución de los opositores en Karachi. «Estuve mucho tiempo en el hospital. Entendí que lo más probable es que sus instrucciones no fueran matarme, sino darme una lección y mandarme una advertencia». «Han torturado a algunos compañeros para advertirnos al resto de que no sigamos haciendo nuestro trabajo. La razón es el poder del periodismo. Le tienen miedo», añade Kim Thandar.
Sobre el periodismo local habla Jesús Trelis, director de ‘Las Provincias’, que recuerda la cobertura de la dana en Valencia. «Los periodistas han mostrado un compromiso tremendo con el periódico, con la ciudad, con la sociedad. Estábamos contando nuestra vida. Lo que nos estaba pasando a nosotros, a nuestros vecinos», señala.
Julián Quirós, director de ABC, antes en Sur (Málaga), Hoy (Badajoz) y Las Provincias, lo resume así: «El periodismo consiste en desvelar los conflictos latentes en toda sociedad, porque los que no son latentes los sabe todo el mundo. Ahí está el buen periodismo».
Belzunce interroga también a sus fuentes sobre la transición digital. Si tantos congresos se pasaron años profetizando el futuro de la profesión, aquí había que volver a escuchar a los oráculos. «En los inicios de internet recuerdo que escribía muchas cosas –o las pensaba– sobre cómo iba a ser el futuro de la prensa y del propio internet. En algunas me equivoqué de punta a punta», reconoce Ignacio Escolar, director de ‘eldiario.es’. Joe Kahn, director de ‘The New York Times’, define su cabecera como una «organización primordialmente digital».
Más sobre el futuro
¿Y la inteligencia artificial, cómo va a afectar a la profesión? En Reuters, una de las grandes agencias internacionales, la ven como una oportunidad para aumentar la eficiencia y la productividad, según Jane Barrett.
Hay opiniones para todos los gustos. «Sospecho que vamos hacia un modelo en el que la sociedad no va a necesitar los periódicos. La posverdad es cuando la verdad no importa. Y si a la gente deja de importarle la verdad, ¿qué pintamos los periodistas?» (Ignacio Camacho, ABC).
«Hay más consumo de periodismo que hace cuarenta años, lo cual contradice la idea apocalíptica de que el periodismo enfrenta un problema grave» (Jorge Fernández Díaz, ABC y ‘La Nación’).
«Mark Zuckerberg es, en cierto modo, el mayor dictador. Más dictador que cualquier líder de una nación» (María Ressa, premio Nobel de la Paz).
Y hay más, mucho más: un mosaico de miradas que ofrece un retrato preciso –también incómodo– del oficio. Hasta el próximo apocalipsis.
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Jaime G. Mora