24/09/2025
Actualizado a las 21:46h.
Juan Manuel de Prada suele decir que su relación con el lector de ABC es como la del gato con su dueño: cariñosa, pero también arisca. Porque al lector también hay que arañarlo un poco, incomodarlo. Ese gato lleva ya treinta años escribiendo en las páginas del periódico. Tres décadas de columnas escritas a contrapelo, pero siempre reconocibles, que lo han convertido en un referente de la Casa.
Prada celebró este miércoles su aniversario en el Aula de Cultura ABC en el Círculo de Bellas Artes, junto al director del diario, Julián Quirós, y el columnista Ramón Palomar. A ambos les agradeció Prada la compañía. A Quirós su reconocimiento y apoyo: «Junto a Anson, el director que me contrató, es el que más libertad me ha dado para escribir. Agradezco su hospitalidad hacia mi firma y hacia mis ideas». Y a Palomar, el «James Ellroy español», su amistad, aunque sea a distancia.
Y como se trataba de celebrar sus treinta años de colaboración ininterrumpida en ABC, dejó claro que la libertad que tiene para escribir en estas páginas no la hay en otros sitios. «La prueba soy yo mismo. Las cosas que digo son muy fuertes», comentó. «Yo he querido ser un escritor disidente. Mi literatura es totalmente contraria a lo contemporáneo. Y en mis artículos también he querido defender ideas que nadie defiende. Eso para muchos es incomprensible, he comprobado que es prácticamente inaceptable en otros medios». Como subrayaron Quirós y Palomar, Prada escribe para sorprender: «Es absolutamente imprevisible».
Sobre cómo ha evolucionado el oficio en estos treinta años de desempeño, Prada lamentó que «el rifirrafe político haya contaminado el periodismo» de una forma tan «brutal». En ese sentido, añadió, «el periodismo ha perdido cierta altura: ya hace treinta años la había perdido, pero ahora es una cosa asfixiante». «El régimen del 78 ha envilecido a la sociedad española, y la casta política ha logrado arrastrar a toda la sociedad española -y al periodismo- detrás de ella». Quirós y Palomar lamentaron que el columnismo literario que décadas atrás representaron firmas como Campmany haya perdido peso frente a la «columna inmediata».
Otra cosa que no había hace treinta años era internet. «Internet ha sido nefasto para el periodismo. Ha destruido las mentes. Es un cambio antropológico. Es un problema de atrofia mental. Hoy en día la gente no tiene capacidad para leer. Gente que ha leído libros míos hace 25 años me dice ahora que no tiene capacidad para leerme. Ahora le das a una persona un artículo de Pemán y no se entera de nada». Ni siquiera las opiniones más optimistas de Quirós y Palomar lo convencieron. «La involución de las especies existe», zanjó Prada.
A esa mala opinión sobre la tecnología contribuye el modo en que se leen los artículos de opinión: «La repercusión, hoy en día, está muy manipulada por la chusma, por una serie de manipuladores que se agazapan en las redes sociales. Los usan para defender su agenda política».
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Jaime G. Mora