En la despedida de Robert Redford, son muchos los que han recordado su papel como galán de Hollywood, su contribución al cine independiente y, por supuesto, escenas tórridas como la del lavado de pelo a Meryl Streep en ‘Memorias de África’. Su muerte … ha provocado reacciones en todo el mundo, pero entre los testimonios más personales destaca el del periodista Bob Woodward (82 años), el periodista del ‘Washington Post’ que junto a Carl Bernstein desentrañó el caso Watergate.
Woodward y Redford fraguaron hace cincuenta años una amistad que quedó fijada para siempre en ‘Todos los hombres del presidente’, la película de 1976 sobre la investigación periodística que hizo caer a Nixon. El actor fue fundamental a la hora de llevar la historia a la pantalla. Estaba convencido de que había que contar el escándalo, pero que había que hacerlo exponiendo el modo en que fue descubierto e investigado por los periodistas.
Fue él quien propuso a Woodward y Bernstein que escribieran el libro de 1974: «Nos animó a Bernstein y a mí a narrar la investigación a través de nuestra experiencia personal y de la relación entre nosotros dos». De ahí surgió el libro y luego la película. Redford compró los derechos y le encargó el guion a William Goldman. Dirigida por Alan J. Pakula, con Dustin Hoffman como Bernstein y Redford en el papel de Woodward, la cinta ganó cuatro premios Oscar, consolidó el periodismo como un pilar de la democracia y dejó una huella que todavía se enseña en las facultades.
En un comunicado, Woodward recuerda a Redford como una «fuerza noble y de principios» y un amigo leal. «Su impacto e influencia en mi vida son incalculables». Revela que en los últimos diez años ha entrevistado varias veces a Redford y comparte algunas citas de sus charlas, en las que el actor se mostraba tan combativo como siempre.
En Nochevieja de 2021, tras volver a ver la película, Redford le confesó: «Me impresionó lo actual que sigue siendo. Ahora no tenemos a Nixon, tenemos a Trump». En otra conversación, en 2022, diagnosticó que Trump estaba «intentando destruir» la democracia: «No la entiende. Por eso le es fácil destruirla. Es fácil destruir algo que no comprendes». A sus 85 años –ha muerto con 89–, admitía que el tiempo apremiaba: «Tenemos que hacer algo que cambie el escenario, que cambie el diálogo. Como hicimos con el Watergate».
«Lo admiré por su amistad, por su independencia feroz y por la manera en que utilizó cualquier plataforma a su alcance para mejorar el mundo», escribe Woodward. El veterano periodista lo retrata como una figura reacia a dejarse domesticar. Sobre sí mismo, Redford confesó: «Creo que tengo una sensibilidad de forajido. Siempre he sido independiente. Siempre he querido mantenerme libre. La libertad es muy importante para mí. No quería ir a ningún lugar, hacer nada donde mi libertad pudiera ser restringida».
Esa independencia, política y creativa, marcó toda su trayectoria. Siempre próximo al Partido Demócrata, apoyó públicamente a candidatos como Gary Hart o Joe Biden. En el cine, criticó la doble moral del sistema judicial, cuestionó al establishment y convirtió la defensa del medio ambiente en una seña de identidad. A Obama, que le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, le reprochó no haber sido lo «suficientemente valiente» en esa causa. Su empeño lo llevó también a fundar el festival de Sundance, refugio del cine alternativo.