En las batallas y en los enfrentamientos con varios adversarios al mismo tiempo no tiene tiempo para pensar, actúa (entra, hiere, sale y guarda la espalda). No se queda esperando a que todos le ataquen, se adelanta ejecutando tretas antes de tiempo e intenta … herir o matar uno por uno, siempre con la espalda cubierta. Utiliza la espada y la daga, ejecutando tajos, reveses o estocadas según las necesidades, cuenta más el azar que la destreza. Aquí su esgrima es intuitiva, con velocidad de reacción, producto de una práctica constante y de la experiencia.
En los Duelos de uno contra uno, su esgrima es reflexiva, observa y estudia al adversario. En una distancia de seguridad tantea con ataques falsos para ver las reacciones y el nivel de destreza del contrario, teniendo en cuenta también las posibles tretas falsas que le pueden hacer con intención de engañarlo. En función de todo esto decide un planteamiento táctico.
Unas veces toma la iniciativa y otras actúa sobre la iniciativa adversa, pero siempre con una acción final que pueda ofender estando defendido. Utiliza los gavilanes para enganchar la hoja contraria y así tener mayor seguridad. Prefiere la estocada por ser más mortífera, dirigiéndola a la cara, cuello y ojos, evitando así el coleto del contrario.
Domina todas las posibilidades, espada sola, espada y daga, y espada y capa. Aunque se menciona poco, Alatriste dedica tiempo a la práctica de la esgrima
Domina todas las posibilidades, espada sola, espada y daga, y espada y capa. Aunque se menciona poco, creo que Alatriste dedica tiempo a la práctica y al entrenamiento de la esgrima, porque hay que tener en cuenta que para que una acción tenga éxito debe cumplir unas condiciones que son la esencia de la esgrima: la elección de un buen momento para actuar, la distancia exacta para herir, la velocidad adecuada y además la interacción táctica con el contrario. Y para que esto ocurra, se necesita arduo trabajo y dedicación.
Callado, con la mirada fija, demuestra valor, paciencia y confianza, que son la base de un buen esgrimista y de la Escuela Española de esta época. En la esgrima española de finales del siglo XVI y principios del XVII aparece un sistema teórico y práctico denominado La Verdadera Destreza. Fue inventado por el Maestro D. Jerónimo Sánchez de Carranza y desarrollado por el Maestro D. Luis Pacheco de Narváez. Carranza, nacido en Sevilla, publica en 1.582 ‘De la filosofía de las armas y de su destreza’. Carranza sienta los principios básicos. Pacheco de Narváez, nació en Baeza, en 1.570, desarrolla los planteamientos de Carranza en su Tratado ‘El libro de las grandezas de la espada’ publicado en 1600.
Este sistema, esta metodología se basa en conceptos matemáticos y geométricos. También es cierto que La Verdadera Destreza y Pacheco, fueron muy criticados, sobre todo por D. Francisco de Quevedo, al argumentar éste, que no se entendía. Los ridiculiza en ‘El Buscón’.
Aprovecho este momento para poner en valor a D. Luis Pacheco de Narváez. Fue un gran Maestro de Armas. Da forma y coherencia a la esgrima española a través de sus más de 11 Tratados publicados. Dotó de dignidad y prestigio a la profesión y obligó al estudio a los aspirantes a Maestros de Armas. Creo que Quevedo fue injusto con Pacheco. En un duelo entre ambos yo hubiera apostado por Pacheco. Escritores con afilada pluma y mala baba, los hubo, los hay y los habrá.
‘La Vulgar Destreza’ es la esgrima anterior a La Verdadera Destreza y la esgrima que no seguía los preceptos de Carranza y de Pacheco. Existieron Tratados anteriores a Carranza, pero no han llegado a nuestros días. Conocemos de su existencia por las referencias que hace Pacheco. La Vulgar Destreza se basa en tretas concretas y se transmitía a través de ejercicios prácticos. Alatriste, es seguidor de la Vulgar Destreza, incorporando algunos conceptos de Pacheco, ya que ha leído sus Tratados.
Me he basado en las novelas para dar mi visión sobre la esgrima que practica Diego Alatriste, puedo parecer pretencioso, pero conozco a Arturo, frecuenta mi Escuela de Esgrima de la Calle Academia de Madrid, le respeto y admiro, y como nunca he tenido intención de pisarle las flores, creo que contaré con su aprobación.