-Usted acusó a Roca Rey de vetarle en Santander. ¿Qué pasó exactamente?
-En Santander me enteré por la prensa de que Cayetano no iba y llamamos al empresario, que en ese momento no cogía el teléfono, así que llamamos a la alcaldesa, con … la que tengo muy buena relación porque es muy taurina y muy cariñosa con los toreros. Le dijimos que si ellos lo tenían a bien, quería torear la sustitución de Cayetano, ya que la tarde mía anterior, que fue un mano a mano con Ortega, no había tenido suerte con los toros. La sorpresa fue que cuando se lo dijeron a Roca Rey, él dijo que no. Eso no me gustó, pero así fue la historia.
-Eso quiere decir que usted le concede a Roca Rey el poder para vetarle. ¿Es así?
-Es un torero que está en el cartel y el empresario tiene que contar con él porque si no, no sería lo correcto. No está bien que Roca Rey diga que no quería torear conmigo en Santander. Eso es todo.
«La rivalidad tiene que ser noble, lo de Roca Rey no fue justo»
-¿Y por qué le habría vetado?
-Pregúnteselo a él, la verdad es que me sorprendió, pero yo creo que no tenía sentido. Sí que le dije también al empresario que torearía para alguna entidad benéfica para que el pago no afectase a las arcas del empresario, que yo toreaba gratis para lo que ellos quisieran destinarlo. Al decir Roca Rey que no, el empresario, el pobre, no pudo hacer nada.
-Luego tuvieron sus más y sus menos en El Puerto. Usted se enfrentó con él en el callejón.
-Sí, hubo un rifirrafe. Le hizo un quite a un toro que había entrado cuatro veces al caballo y eso no es reglamentario. La rivalidad hay que hacerla de una forma noble, aquello no me pareció justo. Es verdad que en aquel momento a lo mejor estuve acalorado con él, pero era el momento de la presión. Si él lo vio de una forma acalorada, es mi forma de ser. Le dije que eso aquí no se podía hacer, le dije ‘aquí’ porque él me dijo como que no te metas con mi país. Al revés, yo a Perú le tengo un gran cariño y en América es de los países con más salud taurina. Tampoco sabía si en el reglamento de allí se podía hacer un quite en el cuarto puyazo y él lo tomó a mal. La rivalidad debe estar en el ruedo y de una forma noble. La rivalidad la tengo con todos los toreros y no quiero que ninguno esté mejor que yo, esa es mi forma de ser y todos mis compañeros lo han hecho de una forma noble. Pero se solventa rápido. Son momentos que pasan en el toreo y después se olvidan.
«En su fuero interno, Roca Rey tiene una desavenencia conmigo; yo no la tengo con él»
-¿Le dijo Roca que se fumase un purito?
-Lo del purito ya lo dijo con guasa y me sentó peor. Eso quiere decir que en su fuero interno existe una desavenencia conmigo. Yo no la tengo con él. Pero no quise alargar más la discusión.
-¿Por qué se ha distanciado de la política y de su apoyo a Vox?
-Yo todo aquel partido político que ayude un poco a respetar y a fomentar el mundo del toro, encantado. Hubo un tiempo que sufrimos mucho, todavía lo sufrimos en Cataluña, pero con los años se volverá a la normalidad. Vi una dejadez por todos los políticos, una indiferencia, aquello me parecía injusto siendo el toreo la cultura más distintiva que tiene España. Y me hizo señalarme.
-¿Pero volvería si hiciera falta?
-Yo siempre seré como Juncal, se me ve la cojera desde lejos. Me pasa en lo personal y en lo profesional, en todo. Pero ahora el toreo no es un gran problema. Tenemos la mala suerte de que el PSOE, que antiguamente no tenía ningún complejo, hoy sí lo tiene y no van a los toros o lo tratan de una forma peyorativa.
-¿Qué ha pasado con la corrida de El Parralejo en Almería? Le reprochan que pidió cambiar la ganadería a pesar de que no iba a reaparecer allí.
-La verdad es que no estaba para reaparecer, tenía muchas dudas y hay pocos toros en el campo, estamos los toreros muy preocupados, pero yo no he escuchado ninguna polémica. Iban tres toros y tres y así se lidiaron, no he prestado atención. Pero hay que entender que cuando uno reaparece tiene muchas dudas.