No nació con un micrófono en la mano, pero la vida la llevó hasta ahí. Estudió negocios, trabajó años en medios, se cayó, se levantó, se volvió a caer y, un día, en medio de la tusa, del desempleo y del duelo, decidió hablar más fuerte. Así nació Vos Podés, un podcast que comenzó como una forma de desahogo y terminó convertido en refugio para miles de mujeres que encontraron en él un espacio para sentirse oídas, validadas, acompañadas. Sin exagerar, es uno de los formatos más oídos y premiados en Colombia. Hoy, Tatiana hace parte de Los 40 de menos de 40.
“Uy, no… qué emoción esa introducción que acabas de hacer. “La voz que muchas necesitaban oír para hablar” … no sabes lo que me produce escucharlo. Es muy lindo porque siento que refleja lo que ha pasado, lo que ha sido este camino. Gracias por eso”.
Quienes te escuchan saben de qué hablo. Pero quienes se acercan por primera vez a ti tienen que entender de dónde viene la fuerza de tu voz. Vámonos atrás, ¿cómo era Tatiana de chiquita? ¿Soñabas con algo parecido a lo que haces hoy?
La verdad no tenía ni idea de que mi vida iba a tomar este rumbo. Pero sí recuerdo que desde niña tenía como una fijación por comunicar. No sabía en qué formato, ni con qué propósito, pero me fascinaba hablar. Era histriónica, extrovertida, muy creativa, no paraba un segundo. Mis papás me decían que hablaba hasta por los codos. No era una niña que pensara: “quiero ser periodista” o “quiero tener un programa”. No. Por mi mente pasaron todo tipo de sueños: ser astronauta, ser veterinaria, hasta actriz. Lo que sí estaba claro es que algo en mí me empujaba a compartir, a contar historias, a conectar con la gente. Y ya en la adolescencia esa brújula empezó a marcar hacia los medios de comunicación.
Tatiana Franco con Fernanda Angulo en una cena de la fundacion Matamoros. Foto:DIEGOCAUCAYOCORREA
Y, de hecho, llegaste a los medios. Estudiaste negocios, pero terminaste en televisión. ¿Cómo fue eso?
Fue un golpe de suerte, aunque con el tiempo entendí que, en el fondo, mi corazón ya lo estaba planeando. Yo estudiaba negocios, nada que ver con medios, pero en Cali había un programa que me encantaba: “La Franja”. Era como una radio televisada; cuatro jóvenes hablando durante horas, entrevistando artistas, con un ambiente relajado. Un día me crucé en la calle con el equipo de ese programa y les conté lo fanática que era. Justo estaban buscando presentadora. Sin pensarlo, me lancé al casting. Nunca había hecho televisión, no tenía idea de cómo funcionaba, pero me lo gané. Y ahí empezó todo. Ese programa fue la puerta: de ahí pasé a otros espacios en el canal local, luego a noticieros, a un canal regional y más adelante a canales nacionales. Entré a RCN, estuve en la sección de entretenimiento de Noticias y luego en “Muy buenos días”. Ese fue mi sueño dorado.
Hablemos de ese sueño dorado. Has dicho que “Muy buenos días” era lo máximo para ti. ¿Qué pasó ahí y por qué fue un punto de quiebre?
Ese programa era mi anhelo, mi imposible. Yo soñaba con trabajar al lado de Jota Mario Valencia, a quien consideraba un maestro. Cuando se me dio la oportunidad, sentí que estaba viviendo un sueño. Tenía todo: el trabajo que amaba, una relación estable, la vida iba bien. Pero un día el programa salió del aire. No fue como perder cualquier trabajo; fue como que me arrancaran un pedazo del corazón. Y al mismo tiempo terminé mi relación. Fue como si me hubieran movido los dos pilares que sostenían mi vida: el amor y el trabajo. Me quedé sin piso, sin brújula. Encima, poco tiempo después murió Jota Mario. Yo estaba desconectada de todo. Toqué fondo. No me reconocía, me desconocí. Fue muy duro.
Ese fondo es del que nace “Vos Podés”. ¿Cómo fue ese proceso?
Sí, de ahí nace. Yo estaba en Bogotá, pero me regresé a Cali rota, en búsqueda. Y como la espiritualidad siempre ha sido importante para mí, empecé a orar. Le pedí a Dios algo que nunca había pedido: un sueño. Yo no tenía sueños en ese momento, estaba vacía. Y en medio de esa conversación escuché una voz en mi oído que me dijo: “Vos podés”. No había nadie alrededor.
¿Dirías que era Dios hablándote?
¡Claro! Fue una revelación. Si hubiera escuchado “Tú puedes”, probablemente no habría pasado nada, Je, je, pero que sonara “Vos podés”, en mi ciudad, Cali, en ese momento… fue muy especial. Empecé a repetir la frase, a compartirla con mi familia. Fui a contarle a mi mamá lo que me había pasado y ella me dijo: “Claro hija, vos podés con todo”. Pero esto fue algo más, fue algo muy especial…
¡Y podías, ciertamente! ¿Pero en qué momento esa especie de consigna se va creciendo?
Yo ya tenía una comunidad en redes, sobre todo de mujeres. Ellas habían notado mi ausencia durante las últimas semanas. Me escribían mensajes lindos. Un día publiqué solo eso: “Vos podés”. Después me hice un tatuaje pequeño en el brazo con esa frase. Lo subí a redes y ahí todo cambió: empezaron a llegarme fotos de mujeres que también se tatuaban “Vos podés”. Entendí que no era solo una frase, era un movimiento.
¿Te acuerdas de lo primero que grabaste bajo esa idea?
Claro. Fue en pandemia. Empecé con audios cortos, cápsulas de ocho o diez minutos. Nada de video. Solo mensajes semanales para acompañar a la gente en medio de la incertidumbre. Grabé 95 episodios de esa forma. Después de un tiempo lo dejé, me dediqué a emprender, pero extrañaba ese formato. Y decidí retomarlo con video. El primer episodio fue con Carolina Soto, una amiga, periodista y presentadora. Pensé: “esto lo van a escuchar mi mamá y mis abuelitos”. Y mira lo que terminó pasando.
De todos los testimonios y las respuestas que empezaste a recibir con ese ejercicio, ¿alguno te impactó especialmente?
Hay muchos. Pero uno nunca se me olvida: una mujer me escribió para decirme que estaba a punto de tomarse unas pastillas para terminar con su vida. Justo antes de hacerlo escuchó un episodio y decidió quedarse. Tiró las pastillas a la basura y buscó razones para vivir. Ese mensaje me ancló al proyecto. Cada vez que pienso en rendirme, recuerdo que alguien decidió seguir viva por lo que escuchó. Y sé que como ella hay muchas más
Tienes uno de los podcasts más oídos en el país, pero no te quedaste ahí. Llevaste tu experiencia al teatro, a las tablas. ¿Cómo fue esa evolución?
Fue hermoso. Sentía que necesitaba ver a la gente a los ojos. Pensé: la sala de mi casa me queda pequeña, ¿por qué no un teatro? Y arrancamos en el Astor Plaza de Bogotá, con una sola fecha. Pero la respuesta fue tan grande que terminamos haciendo once funciones en nueve ciudades. No era un podcast en vivo, era otra cosa. Era Tatiana sin micrófonos, más humana, más vulnerable. Hacía un monólogo, luego invitaba a mujeres que habían pasado por el podcast. No eran famosas, eran mujeres del común. Y la gente podía hablar con ellas, abrazarlas, llorar con ellas. Fue como una terapia colectiva
Tatiana, ¿qué cambió en ti desde esa primera grabación hasta hoy y qué sigue igual?
Todo. Yo pensaba que conocía la empatía, pero no. “Vos Podés” me enseñó a verla de verdad. Antes vivía en una burbuja; ahora cuando me encuentro con alguien no veo solo a una persona, veo una historia detrás. Lo que no ha cambiado es mi esencia: la frescura, la espontaneidad, las ganas de conectar. Eso sigue intacto.
¿Y qué viene ahora? ¿Cuál es el sueño en el que estás trabajando?
Quiero salir de Colombia. Grabar en México, en Miami, en Perú, en Bolivia, en Venezuela. Quiero conocer historias de mujeres latinoamericanas y ver si sentimos y pensamos parecido. Colombia me queda pequeña y este mensaje merece volar.
Y si mañana todo se apagara y no pudieras grabar nunca más, ¿qué agradecerías haber vivido con “Vos Podés”?
Agradecería haber amplificado voces. Haber sido puente para que mujeres que habían guardado silencio por años encontraran un espacio para hablar. Que hayan confiado en mí para contar lo más doloroso de su vida… ese es el regalo más grande.
Pues Tatiana, vos pudiste, vos podés y estoy seguro de que seguirás pudiendo. Gracias por ser parte de Los 40 de menos de 40.
¡Ayyy!… Gracias a vos por esta invitación y gracias a todos los que creen en este propósito.