Ver el nombre de Victorino en los carteles siempre es sinónimo de expectación. Así fue en la última de la Feria de Albacete, donde además había un Cobradiezmos, reseñado en quinto lugar. El ganadero dijo en una ocasión que no iba a volver … a bautizar así a ninguno de sus toros, pero ahí estaba en La Chata el número 100, con ese mismo nombre, al que no hizo honor. Reponía, se quedaba corto, no pasaba, soltaba la cara, tenía mala uva, porque sabía lo que hacía, y quería buscar presa… Nada que ver con el histórico animal lidiado en Sevilla. A éste le puso dos pares extraordinarios un Juan Carlos Rey que se la jugó. Y valiente estuvo Galván con un animal cuya única virtud fue la humillación al inicio del muletazo, pero luego llevaba la cara suelta. Vista la experiencia, mejor que ese nombre quede en letras de oro en la ganadería, sólo para su extraordinario e histórico tocayo.
Aunque el mejor toro del encierro, por contra, le correspondió al gaditano. Quitando la brega de Juan Carlos Rey, se le hizo todo al revés a su primero, a pesar de lo cual no desarrolló mal sentido el animal, por su gran condición. Por el contrario , metía la cara con calidad e iba largo, aunque a veces se dormía un poco en los muletazos, pero eso, recreándose en la embestida del toro, podía ser hasta aprovechado como virtud. Firme estuvo Galván, con su particular concepto del toreo, componiendo con elegancia, entendiendo las distancias del animal, perdiendo pasos, aunque faltó rotundidad y profundidad a la obra. David optó por acompañar con facilidad la gran embestida del cárdeno, en vez de romperse por bajo y mandar a Fisgón el mensaje de quién mandaba a quién.
Debutaba Ginés con una corrida de Victorino, y como previa a torearla en la Feria de Otoño, no estuvo nada mal la imagen que dio el extremeño, que anduvo muy por encima de sus dos toros. Especialmente bien con el sexto, con el que, tras un gran tercer par de Víctor de Pozo, comenzó Ginés con la montera calada sacándose con torería a Minutero, en un prometedor inicio. Pero el animal se paró, pasó a no tener recorrido y a quedarse tobillero. Muy valiente estuvo Marín, entregado y poderoso, jugándosela en los terrenos del toro, a carta cabal. Se pegó un arrimón final, que no es decir cualquier cosa ante un enorme victorino, que no regaló absolutamente nada. Lástima la espada, que le hizo perder una más que merecida oreja.
En el tercero, volvió a sobresalir el joven banderillero jiennense, que se está convirtiendo en un pedazo de profesional, esta vez con una suave brega. En este tercer capítulo, no quiso romper el toro. No decía nada, se paraba a mitad del muletazo y pegaba un feo tornillazo, sin querer ir nunca de verdad, porque fuerza, la tenía toda. Firme estuvo Ginés, y a otra cosa.
Abrió la tarde un victorino que llegó sin definirse a la muleta, pero que no tenía mucho recorrido. Eficaces fueron los primeros tercios, destacando la buena cuadrilla de Pinar, que dejó cierta sensación de que su muleta no había sabido imponerse a Bolsico.
Raúl Ruiz e Iván García volvieron a protagonizar un gran segundo tercio ante el cuarto de la tarde, un toro interesante, muy de Victorino: pocos muletazos, y toques suaves. No le gustaban las voces ni los toques fuertes. Mientras que algunos muletazos fueron buenos y valientes, en otros tendía Pinar a citarlo con brusquedad, respondiendo mal a eso Mecatero.
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Plaza de toros de la Chata.
Martes, 17 de septiembre de 2025. Más de ¾ de entrada. Toros de Victorino Martín, de distinto juego, complicados a excepción del segundo: interesantes primero y cuarto, bravo el segundo (ovacionado en el arrastre), justo de raza el tercero, complicado el quinto, tobillero el sexto. -
Rubén Pinar,
de azul marino y oro. Metisaca y estocada caída (silencio). Pinchazo y estocada delanterita (vuelta tras petición). -
David Galván,
de lila y oro. Estocada desprendida y muy trasera, y estocada trasera (ovación). Estocada atravesada (saludos). -
Ginés Marín,
de verde esperanza y oro. Estocada tendida y desprendida (silencio). Cinco pinchazos y estocada corta muy tendida (silencio).