Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II forman una de las parejas legendarias de Broadway. Suyos son títulos como ‘Oklahoma!‘ (1943), ‘Carousel‘ (1945), ‘South Pacific‘ (Al Sur del Pacífico, 1949), ‘The King and I‘ (El Rey y yo, 1951) o ‘The … Sound of Music‘ (Sonrisas y lágrimas, 1959). Dos años antes de estrenar esta obra -quizás la más popular de las suyas-, la cadena CBS encargó a la pareja un musical para ser emitido por televisión, con Julie Andrews -que había alcanzado un gran éxito con ‘My Fair Lady‘ en Broadway- como protagonista. El musical, ‘Cenicienta‘, se emitió el 31 de marzo de 1957 en directo desde los estudios de CBS en Nueva York. Volvió a emitirse en 1975 (con Lesley Ann Warren) y 1997 (con Brandy y Whitney Houston). El éxito de esta retransmisión, seguramente, fue el germen de su conversión en musical teatral, que vio la luz -con un libreto nuevo de Douglas Carter Beane– en Nueva York el 3 de marzo de 2013, y permaneció en cartel durante casi dos años.
Esta ‘Cenicienta’ es la que presenta ahora en el Teatro Coliseum la productora Stage Entertainment. Para ello cuenta con Anthony van Laast, director y coreógrafo del espectáculo. Alejandro de los Santos ha adaptado el texto y es el director asociado y adjunto del espectáculo y Xavi Torras es el supervisor musical. El equipo incluye también a Carla Janssen (escenografía), Yaiza Pinillos (vestuario), Howard Harrison (iluminación) Poti Martín (sonido), Steve Cuiffo (ilusiones y magia) y Jeff Sugg (vídeo y proyecciones). Los intérpretes son Paule Mallagarai, Briel González (Ella y Topher, que así se llaman Cenicienta y el Príncipe en el musical), Mayca Teba, Mariola Peña, Eloi Gómez, María Gago, Caro Gestoso, José Navar y Jaume Giró.
‘Cenicienta’ cuenta la historia que escribió en 1697 Charles Perrault con una joven, la madrastra y las hermanastras, el príncipe, el hada madrina, la calabaza y el zapato de cristal que Ella pierde cuando sale corriendo de palacio al llegar la medianoche. Pero el musical va un poco más allá. «Este cuento nos ha llegado mayoritariamente a través de Disney -dice Alejandro de los Santos-, pero esa no es la historia original. El musical presenta un personaje femenino que no es simplemente ‘salvado’ por otros personajes, sino que toma las riendas de su destino; no se limita a soñar con una vida mejor, sino que aprovecha las oportunidades, se enfrenta a la injusticia y se convierte en catalizadora del cambio».
El director repite durante su conversación con ABC una palabra: empatía. «Es lo que muestra la protagonista femenina hacia los demás y un valor que se subraya en esta versión; ya me parece que esta humanidad del personaje es un acto revolucionario». El libreto de Douglas Carter Beane, cuenta De los Santos, «se inventó un personaje, Jean-Michel, que reclama justicia social para el pueblo ante los desmanes que el regente -el príncipe es menor de edad- lleva a cabo. Pero no hay nada político. Lo que el musical explora es la importancia de defender a los que no tienen voz y de desafiar los sistemas de poder que perpetúan la injusticia. Una vez más, la empatía, qué hacemos cuando el que tenemos al lado está sufriendo».
La versión traslada su acción a los años cincuenta del pasado siglo, fecha de la creación del espectáculo. «Por una parte -dice Alejandro de los Santos- nos permite explorar en elementos estéticos y conceptuales de aquella época, que nos ofrecía muchas posibilidades y daba más sentido a la historia que si la traíamos a nuestros días. Es difícil que hoy una chica joven sea ‘secuestrada’ y dominada por su madrastra; sin embargo, en los años cincuenta resulta más creíble. Aquella época es también la de la edad dorada de Hollywood, lo que nos permitía aprovechar para el vestuario la creatividad y el magnífico trabajo de Yaiza Pinillos -aparecen 160 figurines en el espectáculo-. Se trata de revitalizar un clásico».
De los Santos se muestra muy orgulloso de la producción, dominada, dice, por la espectacularidad. «Cuando tienes un musical con un contexto mágico como ‘Cenicienta‘, el público que paga sus entradas espera que la calabaza se transforme en carroza, y aquí tenemos esas transformaciones. La espectacularidad reside en tener los elementos básicos que requiere la historia y una producción de este nivel. Tenemos una orquesta de veinte músicos y nada grabado, y creo que eso hay que ponerlo en valor. Tenemos a los mejores profesionales en cada campo, y ofrecemos, además de una obra de teatro, un espectáculo».
Desde el estreno de 1959 la partitura ha experimentado muchos cambios. Xavi Torras, supervisor musical, explica que el original televisivo era más corto y al llevarse al teatro en 2013 -los musicales tienen una duración estándar de dos horas y media- se revisó la partitura e incluso se añadió alguna canción que había sido descartada originalmente por los propios autores. Pero esta versión va más allá todavía, coinciden Xavi Torras y Alejandro de los Santos. Los arreglos de música coreográfica son nuevos y los ha escrito un ‘mastodonte’ del West End londinense, Gareth Valentine; hay partes que se han escrito nuevas -«necesitábamos música para la escena de la búsqueda de Ella tras huir de palacio», explica De los Santos-. «Todas esas secciones nuevas las está orquestando Larry Blank, otro histórico de Broadway», añade Torras.